El fin de semana de Ferrari en España ha sido de traca. El equipo italiano trajo a Barcelona un F60 totalmente rediseñado, tanto que hasta los periodistas le hemos añadido una "B" tras el nombre, pero el rendimiento no ha sido el esperado. El nuevo monoplaza sorprendió a todos ayer en la clasificación al ver el grandísimo paso adelante que había dado la Scudería, aunque la alegría les duraría poco.
Los problemas comenzaron ya en la Q1 donde Kimi Raikkonen no pudo meterse en la segunda ronda de la clasificación por culpa de un error de conducción propio y otro de estrategia del equipo. Y hoy, en una carrera en la que Massa apuntaba al podio y en la que Raikkonen podría haber remontado hasta los puntos, los errores del equipo se han vuelto a suceder.