El ayuntamiento de la ciudad de Hockenheim, dueño del 94% de la propiedad del circuito alemán, ha confirmado que la sede del Gran Premio de Alemania en el pasado año no volverá a recibir la Fórmula Uno.
Esta decisión se debe a motivos económicos, ya que el consistorio ha explicado que perdió seis millones de euros en la organización del Gran Premio en 2008, que será recordada como la última cita de Hockenheim con la Fórmula Uno.