La normativa de la FIA para este año obliga a todos los equipos de la parrilla a cerrar sus fábricas, y a parar cualquier tipo de desarrollo que se esté llevando a cabo, durante dos de las cuatro semanas de parón de la Fórmula 1, entre los Grandes Premios de Hungría y Europa. Durante ese tiempo, sólo se les permite realizar labores administrativas.
Brawn GP y Force India decidieron cerrar las puertas de Brackley y Silverstone, respectivamente, justo después de la pasada carrera de Budapest y por eso este lunes ya han podido volver al trabajo con el objetivo de introducir mejoras importantes en sus monoplazas para Valencia. El resto de la parrilla decidió esperar una semana más a cerrar sus fábricas tras el GP de Budapest, así que hasta el próximo día 17 no podrán volver a abrir.