Al iniciarse la sesión de clasificación del GP de Italia 2009, Fernando Alonso tenía muy claro lo que iba a hacer: pasar la Q1, dar el máximo para conseguir meterse en la Q3 y una vez allí dar simplemente una vuelta cronometrada, ya que sabía que no podría subir mucho más de la 10ª posición.
Pero con el paso de las vueltas el guión cambió ligeramente. El español superaba con bastante facilidad tanto Q1 como Q2, así que en la ronda final decidió completar un total de 2 giros para comprobar cuan competitivo era el R29. Con su segunda vuelta rápida de la Q3, Alonso se llegó a colocarse tercero, pero rápidamente fue bajando posiciones hasta situarse en la 8ª, lugar desde el que tendrá que salir mañana.