Los monoplazas del equipo Ferrari no han podido hacer hoy otra cosa más que deambular por la zona media de la parrilla en la carrera del GP de Singapur. A pesar de haberlo dado todo en la pista, Kimi Raikkonen, que finalizó en 10ª posición, comentó que el F60 apenas se adhería al asfalto y eso hacía casi imposible la conducción. Giancarlo Fisichella cruzó la meta tres puestos por detrás de su compañero y sigue sin conseguir puntuar con el bólido rojo.
El equipo no va a darse por vencido en los tres Grandes Premios que restan, ya que están en plena lucha con McLaren por la tercera plaza del Mundial de Constructores, pero son conscientes de que haber detenido el desarrollo del F60 hace semanas les pasará factura. Kimi se mostró muy resignado en este aspecto.