[imgll]https://www.f1aldia.com/photos/600/635/001_small.jpg[/imgll] El asunto del espionaje entre McLaren y Ferrari ha dado un vuelco que ni la mejor novela de misterio podría superar. Hace un par de días, la FIA suspendió la reunión del Tribunal de Apelación donde debían volver a investigar si finalmente McLaren había tenido acceso y se había beneficiado de datos de Ferrari. La razón para dicha cancelación es que han encontrado nuevas pruebas, que han dado un vuelco a la investigación.
Cuando todos esperábamos a que dichas pruebas fueran directamente a implicar a Mike Coughlan (McLaren) y a Nigel Stepney (Ferrari), los dos ingenieros que movieron los hilos del esperpéntico caso, la revista Auto Motor Und Sport publicó ayer que las pruebas son unos e-mails entre Fernando Alonso y Pedro de la Rosa, donde presuntamente De la Rosa informaba a Alonso de los reglajes de los Ferrari, información que recibía del jefe de diseñadores de McLaren, Mike Coughlan, en casa del cual se encontró el informe secreto de 780 páginas que habría recibido del jefe de mecánicos de Ferrari Nigel Stepney. Esta revista especializada tiene una cierta credibilidad y prestigio, por lo que sus informaciones son, cuanto menos, dignas de levantar sospechas a los investigadores. De hecho, la misma revista publica que ambos pilotos habrían declarado a principios de esta semana ante la FIA, de lo cual guardaron escrupuloso silencio, y que se les indicó que si colaboraban no serían sancionados.
Esta situación ha pillado a los pilotos y las escuderías en Monza, donde ya se están preparando para el Gran Premio de Italia de este próximo fin de semana. Allí se ha llegado a hablar de 'hackers' malintencionados, copias o incluso de la implicación del mismo Flavio Briatore. Habrá que esperar acontecimientos, pero por cómo se están sucediendo los acontecimientos, en esta película el asesino puede ser cualquiera, menos el mayordomo.