Sin duda, Sebastian Vettel es uno de los pilotos más queridos del paddock por su forma de ser. Desde su pasión por los Beatles que le hizo pagar 3.500€ por un vinilo de un disco de los de Liverpool hasta su curiosa forma de llamar a sus monoplazas.
Todo comenzó en 2008 cuando Vettel, en las filas de Toro Rosso, comenzó a llamar a su monoplaza con un nombre de mujer, Julie. Visto el buen rendimiento de Julie, Sebastian continuó con su superstición apodando al RB5 de 2009 como Katie.