La escudería Toro Rosso ha mostrado en este primer Gran Premio del año un rendimiento bastante inferior al esperado en pretemporada. Los italianos esperaban poder luchar con facilidad por los puntos en todas las carreras, pero en Bahréin hemos visto que todavía les falta un poco para llegar a donde quieren.
Jaime Alguersuari ha podido acabar la carrera en la décimotercera posición con un monoplaza que no se ha adaptado nada bien a la pista de Shakir en todo el fin de semana. Peor suerte ha tenido su compañero Sébastien buemi, que tras ir casi toda la carrera detrás del español, en la última vuelta su coche se paró sin un motivo conocido. El equipo ya sólo piensa en recuperar su nivel real para Australia.