Si hubo algún damnificado del Gran Premio de Bahrein que dio inicio a la temporada 2010, ése fue Jenson Button. A pesar de que existía la teoría de que las nuevas normas favorecerían al campeón en título, la enorme diferencia entre el rendimiento de Jenson y el del tenaz Lewis Hamilton dejó bien a las claras quién lleva las de ganar en Woking.
Sigue siendo complicado de entender cómo Button decidió este invierno enrolarse en las filas de McLaren. Aún estando cegado saboreando las mieles de un triunfo en cuya consecución tuvo un papel más bien secundario, ¿no era consciente de que no podría hacer nada contra la capacidad de Lewis y la forma de trabajar de un equipo ya hecho como McLaren?