Las palabras de Fernando Alonso diciendo "¡Vale! No quiero saberlo" cuando su ingeniero Andrea Stella le avisaba de la presencia de la figura de Lewis Hamilton en sus retrovisores en Australia serán una de las anécdotas que se recordarán de la temporada.
"La reacción que tuvo Fernando es una señal muy positiva", sostiene Stella en declaraciones a El País. "Como ingeniero, en ese instante tenía que hacerle saber a qué distancia tenía el coche que iba detrás de él para que no le pillara por sorpresa si intentaba adelantarle. Pero, al responderme de esa forma, entendí que tenía la situación controlada y que quería que le dejara concentrarse porque la lucha iba a ser dura".