Al acabar la carrera del GP de Mónaco el equipo Williams dijo que investigarían las causas de los accidentes de sus dos pilotos en la fábrica, con más calma y detenimiento, pero ya ayer Sam Michael, jefe de la escudería, adelantaba los motivos.
Nico Hülkenberg se estrelló contra la pared exterior del túnel porque llevaba el alerón delantero de su FW32 descolgado desde las primeras curvas, después de tocarse con otro coche. Y Rubens Barrichello golpeó las protecciones del trazado en Beau Rivage porque la suspensión trasera de su monoplaza falló.