Los británicos comenzaron la temporada en inferioridad de condiciones respecto a Ferrari y Red Bull, pero gracias a las condiciones meteorológicas de las primeras carreras, junto con los años de experiencia que acumulan desde el muro de boxes, consiguieron extraer un botín de puntos que los favoritos desperdiciaron a base de errores, mecánicos por parte de los austriacos y de estrategia y pilotaje en el caso de la Scuderia.
Una vez que el conducto F y el proyecto más personal de toda la parrilla, el único que no seguía la estela abierta por Red Bull en 2009, estaba afinado, fueron los únicos capaces de ganarles de tú a tú al duo Vettel, Webber, arrebatándoles incluso el monopolio de la 'pole' en la clasificación de Canadá.