A pesar de que presidir el Consejo Mundial de la FIA es una de las obligaciones que adquiere el presidente de la Federación al asumir el cargo, Jean Todt ha decidido delegar dicha función en el británico Graham Stoker, vicepresidente deportivo de la Federación.
El francés, que pasó casi dos décadas de su vida en la escudería Ferrari, quiere evitar cualquier tipo de suspicacias de cara a la reunión del próximo mes de septiembre en la que se juzgará al equipo italiano por lo sucedido en el pasado Gran Premio de Alemania.