La carrera del GP de Hungía de F1 celebrada en el circuito de Hungaroring nos ha deparado un buen número de circunstancias extrañas, fuera de lo comúnmente visto este campeonato. Equipos de la clase media se han colado en posiciones ilustres de puntos, equipos de los considerados de cabeza han puntuado a duras penas o ni siquiera han conseguido entrar en los puntos,... y lo que quizás tenga mayor influencia en lo que resta de campeonato, la Dirección de Carrera ha sancionado maniobras que hasta ahora quedaban impunes y que desde estos análisis hemos venido denunciando toda la temporada.
Decía Fernando Alonso antes de la carrera que el circuito húngaro era como una pista de karting adaptada para que corrieran los F1. Y es cierto que se trata de una pista peculiar, lo que justifica por un lado que las prestaciones de los equipos se hayan igualado, y por otro que sea difícil extrapolar los resultados logrados por cada equipo en este GP a los próximos circuitos. Así las curvas y contracurvas prácticamente continuadas del circuito de Budapest convierten la pista en una ratonera donde el piloto pasa más tiempo con el pedal del acelerador a medio gas que pisando a fondo, por lo que las puntas de velocidad de los motores son menos importantes que el agarre aerodinámico en curva o la aceleración a mitad de revoluciones.
Con esa limitación de saber que las conclusiones que arroja la carrera de Hungría son difícilmente trasladables a lo que veremos en los próximos GGPP a celebrarse en Spa y Monza, damos comienzo al análisis del desempeño de los equipos, dejando para más adelante el análisis del trabajo realizado por los pilotos y las sanciones impuestas por los Jueces de Carrera de la FIA.