Tras la temporada de 2009, y a pesar de haber conseguido el segundo mayor número de puntos en el Mundial de constructores de su historia, Toyota decidió dejar la Fórmula 1 debido a la crisis económica mundial —aunque ya en el primer trimestre de 2010 obtuvo beneficios—.
Desde entonces, muchos fueron los rumores que apuntaban a que el chasis TF110 poseía un gran potencial, incluso superior al anterior diseño, con el que Toyota logró cinco podios. El propio Timo Glock, último piloto de la escudería japonesa junto con Jarno Trulli, afirmó que con el monoplaza de 2010 se podría haber luchado por el título.