Ambiente único. Esas serían las palabras más adecuadas para describir el Gran Premio de Italia en Monza. Existiendo otros circuitos con una gran atmósfera como Albert Park o el Gilles Villeneuve, así como con un importantísimo poso histórico como Nürburgring o Spa Francorchamps, ninguno de ellos consigue reunir esa magia a su alrededor como lo hace el Autodromo Nazionale di Monza.
Cuando uno va accediendo a la localidad de Monza, rápidamente se da cuenta de que la ciudad está completamente volcada con su Gran Premio. A pesar de los conflictos medioambientales que genera el viejo autódromo, a la hora de la verdad, todos los lombardos se entregan en cuerpo y alma a la Fórmula 1.