El piloto anglotailandés había empezado a apasionarse por las carreras desde pequeño, cuando Michael Schumacher competía en Ferrari y dominaba en Fórmula 1 a principios de los años 2000. El Káiser era el piloto que Albon idolatraba en aquel entonces y hasta ahora continúa su adoración por él, por lo que su interés por la competición comenzó en parte gracias a él. Además, su padre le llevó al Gran Premio de Gran Bretaña en 2002 y también a carreras de karting, así que las ganas de estar detrás de un volante crecían con estas pequeñas acciones a lo largo de su infancia. Con el paso de los años, se fue labrando su trayectoria dentro de este mundo hasta llegar a la F1 a comienzos de 2019, la categoría en la que corría su ídolo, Schumacher. Así que el apoyo de su padre para que entrara en las competiciones de karting y contar como 'héroes' a Michael y a Valentino Rossi le han acompañado a medida que iba escalando en las distintas categorías en las que fue compitiendo.
La pasión por las carreras comenzó desde que era pequeño
"Estaba completamente obsesionado con Michael Schumacher desde que tenía cuatro años. Mi habitación estaba pintada de roja, mi armario era rojo, mi edredón era rojo, todo era rojo y estaba llena de pósters. Cuando eres niño, tienes la tendencia de que te guste el piloto que gana las carreras y, en ese momento, Michael lo hacía. Sencillamente, me parecía un buen piloto, estaba impresionado por lo metódico y lo profesional que era".
"Cuando tenía seis años, mi padre me llevó a la carrera del GP de Gran Bretaña en Silverstone y, en la fan zone, entré en un concurso de adivinar los tres primeros pilotos de la carrera; elegí a Schumacher, Rubens Barrichello y Juan Pablo Montoya porque eran mis favoritos y gané. Fui invitado al hospitality de Ferrari para conocer a Michael, me dio una gorra firmada, que aún tengo", concluyó el actual piloto de Red Bull, que ha contado sus inicios y cómo se fue apasionando por el motorsport desde que era un niño en la página oficial de la F1.