Cualquier detalle puede ser transcendental en la apretada pelea que Mercedes y Ferrari mantienen por el campeonato. Esto lo saben muy bien en el equipo alemán y afirman que trabajan duro para mejorar las salidas de su W09, punto que para ellos es ahora una debilidad. Hasta esta temporada, si los de Brackley lograban hacerse con la pole, prácticamente se podía traducir en una victoria casi segura para Mercedes. En los diez primeros Grandes Premios de 2017, la marca alemana logró salir desde la primera posición de la parrilla en siete ocasiones, de las cuales, lograron materializar cinco con valiosas victorias. Sin embargo, este año la pole de Mercedes el sábado ya no garantiza tan efectivamente que se aúpen en el primer escalón del podio. En 2018 Mercedes ha logrado ser el monoplaza más rápido del sábado cinco ocasiones, pero en tan solo dos carreras han logrado llevarse el gato al agua los domingos.
La efectividad en clasificación de Mercedes es innegable, sobre todo en las últimas citas de Francia, Austria y Gran Bretaña. En una de las temporadas más ajustada han logrado adjudicarse el 50% de las poles que han sido disputadas. Pero su máximo rival no se queda atrás, Ferrari ha logrado partir desde la primera plaza en cuatro ocasiones, de las cuales solo dos han logrado convertir en victoria, las mismas que Mercedes. Si algo está claro es que en este campeonato el resultado del sábado ya no es tan decisivo como antes, ya que los pilotos que parten desde las primeras líneas se disputan la victoria mano a mano sobre la pista. La escudería italiana ha dado un importante paso en las salidas y contrarresta así sus posibles carencias a una vuelta respecto al Mercedes en la clasificación. Las dificultades para conservar sus lugares en los primeros metros tras apagar los semáforos de cada Gran Premio es un punto en el que Mercedes está trabajando a fondo, así lo afirma su ingeniero jefe de carrera, Andrew Shovlin. Alemania será el lugar elegido para al menos salir tan bien como lo hacen los Ferrari, esperan que el agarre sea el adecuado en la pista de Hockenheim.
Respecto al incidente entre Kimi Räikkönen y Lewis Hamilton en los primeros compases de la carrera en Silverstone, Shovlin aclara que los daños que el piloto inglés reportaba por pista no eran tales. El aire turbulento tras los rivales que tenía por delante afectaba al coche y no tenía el comportamiento habitual, algo que, aforunadamente para Mercedes, quedó resuelto tras poner su coche en aire limpio.
Las salidas en el punto de mira
"Estamos trabajando muchísimo tras el último GP para tratar de entender todo, porque sabemos bastante bien que si clasificamos en la pole, tenemos que arrancar al menos tan bien como los Ferrari y eso es lo queremos hacer en Hockenheim. La respuesta más simple que tuvimos es que fue a causa de un poco de patinaje de las ruedas, había un poco menos de agarre en la parrilla de lo que esperábamos. Hicimos algunas prácticas de salida en la recta de meta, pero, por alguna razón, el domingo no tuvimos como resultado lo que habíamos esperado. Cuando patinas, pierdes tracción y es hizo que Hamilton perdiera puestos rápidamente".
El Mercedes no está hecho para rodar en tráfico
"No tuvimos muchos daños, en absoluto. Fue un gran impacto, pero la verdad es que tuvimos mucha suerte por poder salir de ese incidente sin consecuencias graves. Si nos trasladamos a ese domingo la realidad fue otra, ya que escuchasteis a Lewis quejarse sobre los daños en su fondo plano. En un principio pensamos que quizás habría algún daño aerodinámico, pero tras analizar todo, sabemos que solo se debió a ir rodando en el aire turbulento de todos los coches que tenía delante. Cuando cogió aire limpio y pudo comprobar de primera mano cómo iba el coche, pudimos ver su ritmo y entendimos que el daño era muy, muy insignificante".