Ross Brawn ha ido analizando la situación de varios pilotos a lo largo de estas primeras carreras. Ahora es el turno de Sebastian Vettel, el piloto alemán se encuentra ante su última temporada en el equipo de Maranello. Antes de arrancar este mundial atípico la escuadra italiana anunció que ya no contaría con los servicios del alemán, solo permanecerían juntos hasta al final de la temporada 2020. En principio todo salió a la luz respaldado en la idea en qué era de mutuo acuerdo poner fin a su relación.
Sin embargo, cuando el tetracampeón reapareció ante las cámaras en Austria para las primeras citas, explicó cómo había sucedido todo. De este modo cada parte dio su versión, versiones que no coincidían. Parece ser que la casa del Cavallino decidieron que el tiempo de Sebastian en su monoplaza había terminado. El remplazo sería anunciado unos días más tarde de dar a conocer esta primera noticia, el elegido era Carlos Sainz.
Analizando desde todos los puntos posibles, en cierto que el piloto alemán cometió errores en pista que no fueron propios de un piloto que lucha por el mundial, pero también hay que tener en cuenta que el Ferrari tampoco se mostró dominador en ningún momento, durante esta etapa de Vettel en Ferrari. Estuvo listo para ganar determinadas carreras y dar un poco de emoción al mundial, pero no para poner en jaque al Mercedes. Igualó un poco más las cosas, pero la mezcla de errores, tanto de un lado como del otro, acabó con los mismos resultados de cada año.
No es fácil combatir con un coche que no es el que te prometen, con un compañero que, como es lógico, no pone las cosas fáciles y el equipo tampoco lo gestiona en el momento adecuado. Una suma de factores que hacen que este último año esté siendo una bomba de relojería, así lo explica Ross Brawn, un divorcio que se está alargando y complicando más de lo necesario. En las carreras restantes toca aguantar el calvario de seguir luchando por algo que está roto, un enlace que solo desea llegar a su final por ambas partes. Y, cuando eso suceda, esperemos que podamos ver un renacer del alemán que le devuelva la sonrisa y las ganas de volver a ganar, aunque ya no sea de rojo para emular el sueño de su ídolo de la infancia, Michael Schumacher.
Vivir en un ambiente donde ya no te quieren
Es difícil ver a Sebastian y Ferrari hacer su trabajo en este momento, con ambas partes sabiendo que el final de su relación está casi encima de ellos. Están en ese período de divorcio donde se han entregado los papeles, pero el divorcio no se ha concretado. Es muy incómodo. La química entre un piloto y su equipo es muy importante. Eres parte de un equipo y tienes éxito como equipo o fracasas como equipo. Manejar esa dinámica siempre es un desafío".
"Cuando se le dice a un piloto que ya no es necesario, es uno de los momentos más difíciles para un equipo. Sabe que ya no lo quieres y las grietas aparecen rápidamente. Depende del equipo gestionarlo lo mejor que pueda. Por mi propia experiencia dolorosa, sé que los pilotos en esta situación pueden ser difíciles. Nunca puede ser una gran sensación que te digan que no te quieren y que continuar dentro del equipo, especialmente cuando te unes a un equipo y estás en un equipo, lo das todo, das el corazón. Pero creo que la forma en que está presionando, la forma en que continúa tratando de ayudar al equipo simplemente muestra el gran carácter que tiene y su compromiso con las carreras".