Cinco de cinco para Carlos Sainz en el Gran Premio de su casa. El piloto español sufrió a los mandos de su monoplaza, pero finalmente pudo obtener una recompensa que no esperaba. El MCL34 no encontró el ritmo en ningún momento de la carrera. Sufrió con los neumáticos blandos, que degradaban más rápido de lo esperado (de hecho, el madrileño pidió a su equipo en reiteradas ocasiones que le parasen en boxes porque estaba rodando muy lento) y tampoco rindió al nivel exigido con el compuesto medio, ya que volvió a perder tiempo con sus rivales en el segundo tramo de la prueba. Por todo ello, Sainz, que se encontraba en la undécima posición luchando por mantener detrás a Ricciardo, quien cada vez estaba más cerca, se había mentalizado de que llegar al Top 10 era imposible si no sucedía nada en pista, ya que había caído a más de once segundos del décimo clasificado, Alexander Albon. Pero el "milagro" llegó. En la vuelta 46, Lando Norris y Lance Stroll colisionaban en la segunda curva y provocaban la salida del Safety Car. Momento que el número '55' de McLaren aprovechaba para entrar al pit lane y volver a pista por delante del piloto de Toro Rosso, que había tenido problemas durante su parada.
Además, el equipo de estrategia decidió montarle las gomas blandas, lo que le permitiría adelantar posteriormente a Daniil Kvyat y Romain Grosjean y, por ende, deleitar a sus aficionados con un nuevo GP dentro de los puntos. Sainz asegura que peleó al máximo para brindarle a su público un buen resultado, y que el apoyo de la gente y el hecho de competir como anfitrión hicieron el resto. En estos momentos, Sainz suma diez puntos en el Campeonato, solo cuatro menos que Kevin Magnussen, que a día de hoy lidera la zona media de la parrilla. Después de un arranque de temporada marcado por tres abandonos consecutivos, parece que el piloto del equipo británico ha entrado en una espiral positiva que espera mantener en la próxima cita, la cual tendrá lugar dentro de dos semanas en el mítico trazado de Montecarlo.
Se lo dedica a su afición
"Creo que con el apoyo y la ayuda de la gente, adelanté hasta tres veces en la primera curva. Cuando no cuentas con ritmo y logras puntuar, tiene incluso más mérito, ya que realicé tres o cuatro adelantamientos cuando pude y mantuve detrás a Kvyat. Fue una carrera extraña, pues a mitad de la misma sufría para mantenerme en la undécima posición. Ricciardo estaba cerca de mí y yo además tenía problemas en el último sector con la parte trasera del monoplaza y el viento. Luego, cuando salió el Coche de Seguridad, nuestra estrategia fue buena. Por suerte, aprovechamos cada oportunidad para adelantar a los dos Toro Rosso, a Haas y a Ricciardo. Tenía que volver a casa con puntos, pero sinceramente ese resultado parecía que no era posible. Daniel era muchísimo más rápido que nosotros en el último sector y no le pude mantener detrás. En cierto momento me pasó, y luego nos volvimos a poner por delante poco antes de que apareciera el Safety Car", ha expresado en declaraciones concedidas a la revista británica Autsport.