Los motores rugían en Melbourne instantes antes de apagarse los semáforos. Se daba el pistoletazo de salida y Charles Leclerc y Max Verstappen se dirigían consistentes hacia la primera curva. Ambos mantenían posición y comenzaban a abrir hueco, mientras que Lewis Hamilton pisaba el acelerador y recuperaba dos posiciones, haciendo caer en la tabla a Sergio Pérez y Lando Norris. Por detrás, Carlos Sainz, que arrancaba con gomas duras, sufría problemas de embrague y perdía hasta cuatro posiciones en los primeros metros. Mala salida del español, que viviría su particular calvario en Australia en la tercera vuelta, cuando durante su batalla con Mick Schumacher, perdía el control del monoplaza y terminaba clavado en la grava, viéndose obligado a abandonar tras 17 Grandes Premios logrando cruzar la bandera a cuadros. Lástima para el número '55', que desde su mala suerte en Q3 ha visto cómo todo iba cuesta abajo y sin frenos.
Se reanudaba la carrera en la vuelta 7 y poco tardaba Sergio Pérez en superar a Hamilton; el ritmo del RB18 era muy superior al del Mercedes. En la parte alta, mientras tanto, Leclerc se escapaba ante un Verstappen que sufría graining en su neumático delantero izquierdo. Tras suprimir la cuarta zona de DRS, quedaba patente lo difícil que era adelantar en este circuito. Lo veíamos con los McLaren y los Mercedes, con los cuatro monoplazas juntos pero sin prácticamente poder atacarse. Ocurría lo mismo con Gasly y Alonso, ya que el español, con más ritmo que el de Alpha Tauri, era incapaz de sobrepasar a su rival pese a su buena velocidad punta. Por detrás, Yuki Tsunoda empezaba a sufrir con los medios y cedía metros con Bottas, que acababa pasándole.
Los medios no funcionan
Encarábamos el giro número 19 y Verstappen entraba a boxes tras haber perdido más de nueve segundos respecto a Leclerc. La degradación estaba causando estragos a los Red Bull, pues Pérez sufría la presión de Hamilton y se veía obligado a entrar al Pit Lane. Hacían lo propio Leclerc y el '44' de Mercedes, quien recuperaba posición con Checo, si bien apenas duraba un giro por delante del mexicano, mucho más rápido. No obstante, todo volvía a cambiar en la vuelta 23, cuando Sebastian Vettel perdía el control de su coche en la curva 4 y acababa contra el muro, provocando el segundo Safety Car de la carrera. Momento que aprovechaba Russell para montar duros nuevos y situarse en tercera posición. Por su parte, Alonso, que decidía no parar, se quedaba en cuarto lugar rodeado de pilotos con gomas nuevas.
Bandera verde de nuevo y Leclerc veía cómo Verstappen se le echaba encima, aunque el monegasco hacía gala de un ritmo muy superior y, no solo mantenía la primera plaza, sino que se marchaba sin miramientos, abriendo hueco en cada giro. Tras ellos, Alonso sufría con las duras usadas y perdía posiciones con Pérez y Hamilton. El de Red Bull también daría cuenta poco después de Russell, a quien le pedían desde el garaje que cuidara los neumáticos y priorizara la gestión por encima de la posición. En la vuelta 39 viviríamos otro giro radical en la carrera, y es que Verstappen, tras marcar dos vueltas rápidas seguidas, se veía obligado a parar el coche por pérdida de potencia. Desastre para el neerlandés con su segundo abandono en tres carreras que dejaba en evidencia los problemas de fiabilidad del RB18.
Vapuleando a sus rivales
Leclerc, con vía libre, se paseaba en el liderato de la carrera con un ritmo muy superior al de sus perseguidores, encaminándose hacia un triunfo que le iba a brindar una abismal ventaja en la General sobre el resto de rivales. Segunda victoria del año para él, y esta vez con una contundencia que asusta. De hecho, finalizaba el Gran Premio marcando vuelta rápida. Varios escalones por detrás, Pérez rodaba también con tranquilidad en la segunda plaza, siempre vigilando a unos Mercedes muy juntos entre ellos con Russell por delante de Hamilton. El heptacampeón del mundo finalmente no podía batir a su compañero de garaje. Buen papel de los de Brackley, sumando puntos con sus dos coches, y buena labor también de los McLaren, que empiezan a recuperar sensaciones. No así Alonso, con muchos problemas de degradación que le hacían cruzar la línea de meta en última posición. Por suerte para Alpine, Ocon sumaba algunos puntos.
Australia nos ha dejado una carrera descafeinada en la que adelantar ha sido una tarea arduo complicada. Veremos qué ocurre en citas sucedáneas, pero Leclerc ha dado un paso de gigante en el día de hoy.