Red Bull superó las expectativas en 2019 al alzarse con tres triunfos en su primera temporada con motores Honda. Muchos pensaban que los de Milton Keynes lo tendrían complicado para mantenerse en la parte alta de la tabla, pero lo cierto es que el motor japonés respondió a la perfección. Ahora, con un año de experiencia a sus espaldas, se prevé que den un importante salto cualitativo en esta próxima campaña. Si ya el año pasado Max Verstappen fue capaz de superar a los dos hombres de Ferrari, no hay dudas de que podría hacer grandes cosas si el RB16 se sitúa a la par del W11 de Mercedes. El jefe de la escudería de las bebidas energéticas, Christian Horner, ha alabado el progreso de la unidad de potencia nipona a lo largo de los últimos meses y no ha dudado en situarla en un nivel similar al del equipo alemán.
Sin tiempo para el descanso
Esto hace, como bien indica, que su trabajo se centre en el chasis, ya que con un motor cada vez más optimizado, el peso del trabajo recae en otros ámbitos. Si los hombres Red Bull logran el salto cualitativo que se espera de ellos, podrían convertirse en un digno rival en la lucha por el título, aunque aún queda un largo camino por delante: "Los hombres de Honda han llevado a cabo un gran trabajo, ya que cada motor que introdujeron durante el año pasado tuvo más rendimiento y más potencia. Siento que estamos muy, muy cerca de Mercedes. Todo esto hace que ahora nos veamos obligados a poner énfasis en el chasis del equipo. Creo que afrontamos este año con la mejor preparación que hemos tenido en las últimas cinco temporadas", ha comentado en palabras para la agencia Reuters.