La llegada de Daniel Ricciardo a McLaren tiene letra pequeña, y si no que se lo digan al director ejecutivo del equipo de Woking, Zak Brown. De todos es sabido que el piloto australiano tiene por costumbre realizar controvertidas apuestas con sus superiores en caso de alcanzar ciertos objetivos. Así ocurrió con Cyril Abiteboul en Renault. El ingeniero acordó que si el número '3' se alzaba con un podio, se haría un tatuaje con el diseño que eligiera su pupilo, y así fue, ya que Daniel no solo alcanzó el Top 3 en una ocasión, sino que lo logró dos veces. Ahora es el turno de Brown. Ricciardo conoce su fobia a las agujas, por lo que no descarta otro tipo de apuesta, como por ejemplo apoderarse de uno de los coches que colecciona. Algo que no parece convencer al de Los Ángeles, aunque deja la puerta abierta a negociar en caso de que le brinde un triunfo.
Ricciardo lanza su apuesta
"He estado comiendo con Zak y él me ha dicho que odias las agujas, por lo que no veo lo del tatuaje. No obstante, creo que haremos algo distinto. Sé que cuenta con una gran colección de coches, así que quizá podríamos apostarnos uno de ellos o algo por el estilo", ha señalado en unas declaraciones para el portal web Motorsport.
¿Aceptará Brown?
"Puede que me haga un tatuaje antes que perder uno de estos coches, aunque tengo muchas ganas de victoria, de modo que si me pilla en el momento adecuado... Él quiere darse una vuelta en mi coche de Dale Earnhardt porque es un gran fan. Al menos dejaré que lo conduzca, pero tendrá que devolvérmelo de una pieza", ha bromeado el estadounidense.