El Gran Premio de Japón 2022 de Fórmula 1 jugó con nuestra melancolía, proclamó campeón del mundo por segunda vez a Max Verstappen y puso en ridículo a la FIA, cada vez más perdida en esto de organizar una competición de automovilismo. La incertidumbre no faltó en la prueba nipona, y es que el retraso de la carrera no impidió que se repartiera la totalidad de puntos, aunque con ello se incumpliera la norma que, hasta este domingo, se encontraba establecida.
Sandra Molina: "El título de Campeón del Mundo más surrealista de todos los tiempos"
El Gran Premio de Japón regresó para devolver la vida formulera a Suzuka, algo que todos esperábamos y más los aficionados locales. El fin de semana fue redondo, pero en la carrera se torcieron las cosas por las condiciones y el tiempo que allí había. Dirección de carrera se vio obligada a decidir en momentos complejos, pero la lluvia no les pillaba por sorpresa en esta ocasión. Pues el viernes ya tuvieron que lidiar con ello, por lo que había experiencia y la carrera arrancó a la hora esperada.
Sin embargo, el accidente de Carlos desencadenó el caos en Suzuka. Que las condiciones eran delicadas y la visibilidad muy baja era una realidad. La carrera se paró como debía ser tras ese suceso, pero las decisiones fueron tardías y las acciones inaceptables. Los que llevamos unos años siguiendo el Gran Circo hemos sufrido por decisiones y lo que está claro es que la vida de cualquier piloto o miembro de este deporte está por encima del espectáculo.
El domingo vimos que la grúa y el procedimiento de rescate estaba en pista cuando todo el grupo pasó por el lugar y también Pierre Gasly en solitario como si se hubiesen olvidado de él. La visibilidad era muy mala los coches estaban en pista y bajo ningún concepto se puede permitir que entre una grúa hasta que los coches no hayan parado. El rescate de un piloto es tema serio y de intervención rápida, pero no el rescate de un coche. No se puede poner en riesgo la vida de nadie de esa forma, tampoco la de los comisarios que retiraban el Ferrari.
Lo primero que vimos de todo esto fue el enfado de Gasly en pantalla, Pierre sí iba rápido en esa zona y por ello ser sancionado cuando eso se demostrara. Lo que no estuvo bien fue poner toda la culpa en el piloto y no aceptar sus responsabilidades. Cada cual tiene las suyas y asumirlas es lo primero.
Para luego nos llegó la espera, ya habitual cuando la lluvia se atreve a regar algún circuito la lluvia. Eso es lo que colma la paciencia de todos, siempre se pudo rodar en lluvia y ahora parece ser que no. Andreas Seidl apuntó al diseño al que se han encaminado los monoplazas, la cuestión es que no se sabe bien dónde apuntar, pero esto no es lo que queremos. No queremos esperar frente a las pantallas cada vez que unas gotas de lluvia aparecen en un trazado, eso nunca pasó, siempre tuvimos batallas en agua y verdaderos magos al volante en agua y también con la estrategia.
El título de Campeón del Mundo más surrealista de todos los tiempos, y digo esto porque, pues la mayoría, por no decir todos, suponíamos que se entregaría la mitad de los puntos en esta cita. Pero dirección de carrera nos guardaba la enseñanza de un nuevo desconocido del reglamento. Los letreros de Campeón del Mundo empezaron a aparecer en el trazado y en todas las pantallas, todos quedamos incrédulos ante esa noticia. Ni los propios pilotos, ni los equipos, ni el mismo Max Verstappen lo sabían.
No hubo celebración tras cruzar la línea de meta, no hubo radios de los protagonistas tras la decisión del título. Una pena que las cosas sean así porque lo que se recuerda es lo que se vio y no está bien que algo así empañe la perfección que ha rozado este año Max Verstappen y Red Bull en su batalla frente a Ferrari. Una lástima que estas cosas sucedan y queden así de frías ante los aficionados que lo han estado siguiendo todo el tiempo.
Otro apunte que me gustaría destacar es la batalla final que pudimos presenciar entre Fernando Alonso y Sebastian Vettel. De la cual nos perdimos buena parte porque al parecer una batalla entre un bicampeón y un tetracampeón del mundo no es de interés suficiente para la retransmisión. Estamos ante las últimas carreras en Fórmula 1 del piloto alemán y prácticamente pasó desapercibido un mano a mano de este estilo. Sé que no pelean por títulos ninguno de los dos, sé que no luchan por las posiciones delanteras, pero están en la parrilla y qué menos que una repetición de son pilotos que abordaron la última vuelta jugándose la posición y pasaron por la línea de meta emparejados prácticamente.
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Solo puedo empezar estas líneas diciendo: qué pena que después de una temporada tan brillante, con actuaciones espectaculares y una superioridad manifiesta, Max Verstappen se proclamen campeón del mundo entre incertidumbre, lío y murmullos. Y es que, por desgracia, Dirección de Carrera le ha cogido el gusto a erigirse como protagonista cada fin de semana de Gran Premio. Porque parece que ya no importa la competición, lo que realmente pase en pista; ahora las determinaciones ocurren en las altas esferas. Que alguien me explique el motivo por el que la FIA decide cambiar las reglas del reparto de puntos en plena prueba y proclama campeón del mundo al neerlandés de Red Bull cuando solo se ha completado el 50% de la carrera y, por tanto, no corresponde el reparto total de puntos. ¿Cómo es posible que el piloto de Red Bull cruce la línea de meta y ni él ni su equipo sean conscientes de que se ha alzado con el título?
¿Pero qué clase de broma macabra es esta? ¿Lo de cambiar las reglas sobre la marcha va a ser algo habitual? Lo digo porque a lo mejor de repente cambian las puntuaciones y en la próxima cita el ganador se lleva 50 puntos, o 70, o 30, o lo que le salga de las narices a ellos. La categoría reina del automovilismo cada vez es más vomitiva. Por favor, que pongan a gente competente a dirigir esto, porque si nos paramos a analizar lo ocurrido con el retraso de la carrera, estamos en las mismas. Vale, compro lo de que sacas bandera roja por precaución y haces que todos vuelvan al pit lane.
¿Me puede explicar alguien por qué si paras la prueba y está lloviendo, no haces inmediatamente que los monoplazas rueden detrás del Safety Car y así te brinden información directa de cómo está la pista? Si es que solo hay que ver cómo los pilotos montaron enseguida las gomas intermedias. ¡Se podía competir, señores! Basta ya, por favor. Esto son carreras de coches. Si ha menos visibilidad, se va más lento. Punto. No hay más historia. En cada uno está lo que quiera arriesgar.
Pero el colmo de los colmos es lo ocurrido con la grúa. El debate no está en si Pierre Gasly sobrepasó la velocidad en periodo de SC o bandera roja, no, no lo es por mucho que pretendan desviar la tención. Lo grave, gravísimo, es que después de lo ocurrido con Jules Bianchi en el mismo escenario, tengan la poca vergüenza de sacar una grúa a pista con todos los coches aún rodando, porque la grúa salió cuando todavía estaba la bandera verde, ¿o si no cómo llegó tan rápido hasta la posición? ¿Sacan bandera SC y a los dos segundos ya está en el lugar del accidente?
A otro con esa patraña, porque no hay quien se la trague. Mucho decir que miran por la seguridad de los pilotos, que no quieren que compitan con mucha agua para que no pase nada, sin embargo, luego cometen ese error que podía haber acabado, otra vez, en tragedia. Me da rabia que gran parte de mi análisis se reduzca a hablar de estos incompetentes de la FIA, pero hay que hacer ruido para que esto llegue a su fin.
Ahora sí, me centro en lo competitivo (bueno, en lo poco que pudimos ver). Una vez más, Verstappen lo hizo todo perfecto, desde su defensa en la salida hasta el endiablado ritmo que marcó en la relanzada, dejando atrás sin miramientos a un Charles Leclerc que en ningún momento pudo seguirle. También tuvo que ver la gran degradación que debió soportar, pero lo cierto es que el ritmo del Ferrari sobre mojado seguía estando lejos del de Red Bull. En el garaje austriaco también hay que destacar la labor de Checo Pérez, que superó en la salida a Sainz y rodó a un buen ritmo, presionando hasta el último momento a Charles.
Parece que el mexicano ha renacido tras unos Grandes Premios en los que había perdido las sensaciones con el coche. Por suerte, todo hace indicar que sus problemas se han disipado. No así los de Sainz. De nuevo un error que le llevó a quedarse fuera a las primeras de cambio. Demasiada irregularidad para un piloto que pretende luchar por la corona. O da un paso adelante o lo tiene crudo. Todo pinta a que se va a quedar como segundo piloto de los italianos de cara al futuro. Espero que me calle la boca, aunque no lo creo viendo cómo se está desarrollando este 2022.
Bastante desaparecidos estuvieron los Mercedes en este GP. Los de Brackley prácticamente dicen adiós a sus posibilidades de arrebatar el segundo puesto del Mundial de Constructores a Ferrari. Lástima, porque después de toda una campaña remando a contracorriente y haciendo milagros para mantenerse en la lucha, se les ha ido todo en dos carreras. Los que sí continúan activos en su particular batalla son los hombres de Alpine, que recuperaron la cuarta plaza del Campeonato gracias a las buenas actuaciones de sus dos pilotos. Lástima que apenas pudiéramos disfrutar de la lucha entre Vettel y Alonso en la última vuelta. Seis títulos mundiales que parecen no tener demasiada importancia a ojos de los realizadores. Ya les echarán de menos cuando digan adiós a la categoría.