Abu Dabi puso fin a la temporada 2022 de Fórmula 1, y lo hizo con luces y sombras. La carrera de este pasado domingo no fue equiparable a la de 2021, sin embargo, fue entretenida y nos regaló bonitas batallas, convirtiéndose en una de las pruebas con más acción de la temporada. Tuvimos adelantamientos, variedad estratégica y un final intenso e incierto que nos hizo estar pegados a la pantalla hasta el banderazo final. Yas Marina deja atrás una campaña que prometía fuegos artificiales, pero que se ha quedado en lo superficial, pues en el momento de profundizar nos hemos dado cuenta de que han faltado demasiadas cosas por pulir.
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La carrera del Gran Premio de Abu Dabi 2022 llegaba cargada de emociones, recuerdos y sentimientos de quienes llevamos muchos años al pie de la Fórmula 1. Y es que ya son muchas carreras, infinitas sesiones y los pilotos se acaban convirtiendo en mucho más que deportistas a los que animar o ser aficionado. Al fin y al cabo, la Fórmula 1, como otros deportes, es una familia y eso también es lo bonito. En este Gran Premio teníamos que decir adiós a varios pilotos y con cada uno de ellos podemos haber establecido diferentes relaciones como aficionados. Pero sin duda, las despedidas más sentidas fueron las de Sebastian Vettel y la de Daniel Ricciardo.
Pues llevan muchos años en la parrilla, hemos disfrutado muchos domingos con ellos, con los 'Shoeys' de Daniel, con un Sebastian Vettel que nos deslumbró en Monza con aquel Toro Rosso, que luego llegamos a odiar un poco por no poderle vencer junto a Alonso. Pero que, sin ninguna duda, muchos hemos llegado a amar, le hemos apoyado en sus batallas, le hemos conocido de verdad y nos ha enseñado mucho en diferentes aspectos de la vida, no solo como piloto. Las cosas de la vida nos arrebataron ver una despedida de Seb arropado por Lewis Hamilton y Fernando Alonso, rivales y amigos, algo que habría quedado para el recuerdo y que nos habría inundado los ojos a más de uno.
Aunque he de decir que mal detalle de la categoría, pues no estaba previsto que estos tres grandes de la categoría celebraran al final juntos para despedir a Vettel como se merece. Y es que la imagen de estos tres cuando Alonso dijo 'hasta luego' fueron emblema de la categoría, historia viva de valor incalculable en esos 'donuts'. Y que perdonen los más jóvenes, porque su talento está más que demostrado, pero ahora mismo no es lo mismo ver una celebración así de Max, Leclerc y Checo que de estas tres leyendas de la F1.
Las otras despedidas fueron las de Mick Schumacher y Nicholas Latifi, lo cierto es que no esperaba que la salida del alemán estuviera tan próxima, me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes, pero Haas no permite que los demás no estén a la altura que ellos fijan, ahora cuando su coche falla se olvida rápido o echan los balones fuera. Cuando llegó a Haas no pensé que fuera el lugar idóneo para él, quizá en Alfa Romeo las cosas hubieran sido diferentes para Mick, considero que Ferrari también falló. Ojalá podamos verlo volver y seguir cumpliendo su sueño, es buen piloto y merece una oportunidad sin dardos en la espalda. En cuanto a Latifi, poco puedo añadir de él, nunca respaldé su llegada, tampoco su permanencia, pues no creo que esté a la altura de la categoría, y no son las quejas porque sea de pago, otros han sido de pago y han respondido en pista. Pero creo que su único logro, por lo único que la gente se fijó alguna vez en él, fue por su "accidente" el pasado año en Abu Dabi.
En cuanto a la carrera de este domingo en el Yas Marina, poco se puede decir, emoción no es que tuviera mucha, Verstappen se marchó en solitario y el resto tuvo poca historia más, esperar a las paradas. La recuperación de Pérez fue lo único que mantuvo la emoción al final, pero Leclerc supo y pudo aguantar su estrategia. Al final, parece que Red Bull echará de menos los puntos que Max no quiso ceder, por lo que no amarran ese ansiado doblete en el campeonato que nunca consiguieron y tanto querían, pero ese es el castigo por no saber gestionar a sus pilotos y dejar que uno sea el gallo del corral por encima de todo y todos.
La F1 echa el telón a la temporada 2022, despide a grandes pilotos de esta última era y todo se apagó tras la cita en Yas Marina. Pero en cuestión de momentos todo se ponía en marcha para arrancar 2023 con las pruebas que se celebraban en el mismo lugar. Así es la vida y así es también la Fórmula 1, mientras aún nos invade la tristeza por alguien que se marcha de la competición, ellas ya están armando sus siguientes pasos. Aunque habrá que esperar más de 100 días y esos días de silencio sin competición se volverán a hacer eternos.
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Qué pena decir esto, pero Abu Dabi puso fin a la temporada 2022 de Fórmula 1. Eso sí, lo hizo con una carrera bastante movidita en la que pasó de todo. Bastantes adelantamientos, estrategias variadas y tensión hasta el último momento. Superar lo del año pasado era imposible teniendo en cuenta las circunstancias en las que llegaba cada uno, no obstante, el espectáculo estuvo a la altura. Cómo me gustó ver a unos pilotos realizando una parada y a otros por detrás atacando desde la distancia con dos paradas y gomas más nuevas. Eso es lo que mola de la Fórmula 1, la disparidad y que todo pueda pasar, que la incertidumbre se mantenga hasta el último momento por no saber si las gomas les van a durar, o si de repente va a reventar una rueda.
Y esta situación la forzó precisamente Ferrari. He criticado duramente a los italianos durante gran parte de la temporada por sus nefastas decisiones, pero tengo que reconocer que todo lo que determinaron en este Gran Premio fue un acierto. Obligaron a Red Bull a cambiar de planes y les salió bien, sobre todo desde el lado del garaje de Sergio Pérez, que era su principal objetivo. Que Max Verstappen era inalcanzable lo sabían, pero el mexicano cayó en la trampa y no fue capaz de recuperar el segundo lugar. Le faltó una vuelta, o quizá dos, pero para eso están los jefes de estrategia, para analizar hasta el último detalle lo que puede pasar, y esta vez hizo bien su trabajo. Algo inédito, pero que hay que destacar cuando se hace bien.
Me gustó mucho la actuación de Charles Leclerc. Perfecto de principio a fin, gestionando cuando tenía que hacerlo y pasando al ataque en el momento óptimo. Para mí, una segunda posición en el Mundial más que merecida. Después de todo lo que le ha pasado en este 2022, no podía acabar de otra forma. Sinceramente, me hubiera parecido injusto que se lo llevara Pérez. Vale, empezó la temporada bastante fuerte, pero se fue disolviendo como un azucarillo hasta alcanzar cotas de agotamiento grandes. Solo un buen sprint final le ha salvado de finalizar la campaña con preocupantes dudas.
La tendencia contraria ha tenido Sainz, que comenzó el año realmente dubitativo y lo ha acabado mucho más cómodo, aunque sin alcanzar el nivel de su compañero de garaje. Buen trabajo en Yas Marina para cerrar un 2022 en el no ha acabado de cumplir las expectativas en cuanto a resultados y sensaciones. Un único triunfo ha dejado algo desierto su palmarés para lo que se tenía en mente. Veremos si el sucesor del F1-75 responde a la altura de las circunstancias y el español se suelta definitivamente el pelo, porque de lo contrario se quedará como segundo piloto de los italianos, a la sombra de un Leclerc que este año iguala fuerzas en su duelo personal tras perder en 2021. 1-1 y ventaja para el monegasco. Habrá que esperar para ver si el número '55' remonta.
Los que finalmente no han remontado, pero se han quedado muy cerca, han sido los hombres de Mercedes. No tuvieron su día en Abu Dabi y eso les impidió pelear por la segunda plaza del Mundial de Constructores, si bien la tendencia de esta campaña, claramente ascendente, les hace situarse como uno de los grandes favoritos para 2023. Ha sido un año casi de transición, con una única victoria de George Russell, pero estoy seguro de que se viene algo grande. Hablando del británico, enorme temporada por su parte. No solo se ha aclimatado a la perfección a la escudería de Brackley, sino que ha sido capaz de batir a todo un siete veces campeón del mundo en igualdad de condiciones. Chapó con él y cuidado, porque no le descarto de la lucha por el título con un monoplaza algo más competente.
Por detrás, dos cosas claras a destacar. Por un lado, el triste abandono de Fernando Alonso. Menuda forma de decir adiós. Ahora que lo pienso, nada que me sorprenda. Alpine ha ido mejorando el coche con el transcurso de la temporada, pero los problemas de fiabilidad le han lastrado muchísimo, sobre todo en el lado del garaje del español, que es el que se ha llevado la peor parte. Ya lo he dicho en otras ocasiones; me alegro de que se marche a Aston Martin. No me gusta el aura que desprendían los franceses en las últimas carreras, priorizando a su compatriota, o al menos así lo he percibido yo.
Y ya que hago referencia a Aston Martin, no puedo cerrar estos párrafos de otra forma que no sea hablando de Sebastian Vettel. La verdad, me decepcionó su despedida. Me esperaba algo más sonado, más espectacular, y todo se quedó en agua de borrajas. Un tetracampeón del mundo como él se merecía algo mucho mejor por parte de la categoría reina del automovilismo. Muy mal en este sentido. Me duele decir esto, pero no será una despedida recordada. Aun así, en nuestros recuerdos quedan guardados los cuatro Campeonatos cosechados por el alemán. Un hito al alcance de muy pocos.