El 26 de mayo es una fecha marcada a fuego desde hace meses en el calendario de Fernando Alonso, ya que ese día el español puede hacer historia en el mundo del automovilismo si logra la victoria en las 500 Millas de Indianápolis y, por ende, se hace con la ansiada Triple Corona (solo Graham Hill lo ha conseguido a día de hoy). Una mítica prueba para la que ya se está preparando, pues esta pasada medianoche el bicampeón de Fórmula 1 rodó 105 vueltas en el óvalo de Texas a los mandos de su nuevo coche, el McLaren Chevrolet. Alonso dedicó la jornada de ayer a completar kilómetros, y no tanto a buscar velocidad, como él mismo explica. Y es que el objetivo era volver a adaptarse a este tipo de circuito con un set-up concreto que le sirviera para recoger datos importantes de cara a la gran prueba.
"Ha sido genial rodar aquí, obviamente. Solo son las primeras vueltas dentro de este coche, así que nos hemos tomado todo con calma en cuanto a nuestra velocidad. Es genial volver a un óvalo con un set-up específico. El coche gira a la izquierda casi por sí solo. Lo cierto es que, una vez más, es una sensación rara para mí el hecho de volver a acostumbrarme a un óvalo, sobre todo en uno en el que hay que frenar en las curvas, como es el caso aquí de los giros 3 y 4. Este trazado es diferente a Indianápolis, pero con un poco de suerte será una buena preparación para nosotros", ha comentado en declaraciones recogidas por el portal estadounidense Racer.com.
Periodo de aclimatación
Igualmente, el asturiano se ha ratificado en que dedicó el test de ayer en adaptarse tanto al nuevo coche como al nuevo equipo, pues recordemos que en su primera participación compitió bajo las órdenes de Andretti. Del mismo modo, aún no se atreve a realizar pronósticos de lo que puede encontrarse en el territorio estadounidense el próximo 26 de mayo, sobre todo teniendo en cuenta que de un tiempo a esta parte se han producido cambios en los coches, especialmente en lo referente a la carga aerodinámica, que en la actualidad es menor a la que se encontró en el año 2017: "Para mí, hoy todo se concentraba en estar cómodo en el coche. Es un bólido nuevo y un equipo nuevo, por lo que hay cosas diferentes como la posición del asiento, el reposacabezas, los pedales, o las preferencias del volante, y apenas hemos comenzado a trabajar con todas estas cosas", asevera.
"Es importante crecer como equipo en todos sentidos, pues todos debemos solucionar los problemas que surjan aquí para estar listos de cara a las 500 Millas. De momento, es demasiado pronto para hablar sobre el rendimiento en carrera, ya que no he rodado a mi máxima velocidad. Supongo que escuchando lo que decía todo el mundo el año pasado, esta vez habrá menos carga aerodinámica. El coche puede ser más complicado, sobre todo si sigues a otro coche de cerca. Hoy eso no ha sido un problema, pues estaba solo en la pista, pero supongo que será algo desafiante, especialmente este año que no estoy en la atmósfera de Andretti. Estamos solos en este año", añade.
Mejor que hace dos años
Por otro lado, Alonso asegura que en esta ocasión se siente más preparado que en su primera experiencia en la categoría, aunque asegura que afrontará la prueba de la misma forma que por aquel entonces, pues quiere volver a empezar desde cero: "Me siento mucho más preparado esta vez que en 2017. Por lo menos ya conozco la carrera y la atmósfera de las 500 Millas. Igualmente, conozco la drivers' parade y las vueltas de formación, así como muchas otras cosas en las que en tu debut gastas mucha energía porque son una sorpresa. Creo que puedo conservar esa energía ahora y, por lo tanto, ya puedo meterme directo en el ritmo de la carrera y llegar a la clasificación más concentrado. A pesar de ello, afronto esta carrera como si empezase desde cero. No doy nada por hecho. Quiero revisar cada carrera del pasado y empezar desde cero con los ingenieros e ir al simulador de la misma forma en la que lo hice cuando debuté, y lo mismo con cada paso por boxes. Quiero estar lo máximo preparado que pueda", ha expresado el asturiano para finalizar.