La carrera de Estambul había sido un verdadero reto para los equipos, aunque especialmente para los pilotos que tenían que prestar atención a muchos factores en unas condiciones realmente complicadas de la pista. A medida que la sesión iba transcurriendo, la visibilidad iba mejorando por el constante paso de los coches por el circuito, pero de primeras había sido terrible para muchos de ellos. Uno que había sufrido con esta situación era Kevin Magnussen, el danés partía desde el decimocuarto puesto con muchos coches por delante y logró escalar hasta el décimo y mantenerse ahí durante 30 vueltas. A pesar de estar en la zona de puntos, él mismo informaba al equipo que era peligroso porque no podía ver por los retrovisores y temía provocar algún accidente por este factor, pero desde el muro de Haas actuaron perfectamente para evitar cualquier tipo de incidente.
Un calvario para Magnussen en la carrera de Turquía
"La dificultad era que no podía mirar por los retrovisores porque estaban sucios y con todo el spray no puedes mirar hacia atrás. Estar en medio con banderas azules es muy difícil si no puedes mirar detrás. Kevin no quería fastidiar la carrera de nadie o haber hecho algo que estaba considerado como algún error y empezó a decirlo a falta de 12 vueltas. En una carrera como esta nunca sabes si hay caos en los puestos de cabeza con un grupo de 5 ó 6 coches. Una vez los líderes se marcharon, estuvimos motorizando los tiempos y decíamos que no había nadie en 10 segundos, Kevin lo tenía que mantener, por eso decidimos mantenerle fuera y el coche estaba yendo bien. Comprendíamos que estaba sufriendo, pero sabíamos que no había nadie por detrás y después le explicamos la situación", finalizó el directivo de Haas en palabras recogidas de Autosport.