El fin del triplete se acercaba a medida que el Gran Premio de Catar avanzaba. Y, casi sin darnos cuenta, ya estábamos esperando a que arrancara la carrera en Losail. La noche empezaba a cerrarse sobre el trazado catarí y las luces artificiales empezaban a ganar la partida a las naturales. Ya se habían disputado todas las sesiones previas, pero cuando de verdad se pone a prueba un GP, y más si es uno debutante, es en la carrera. Esa es la verdadera hora de la verdad, por lo que al GP de Catar se le empezaba a poner bajo los focos, pero los de aprobación en este caso.
Nunca se había corrido aquí antes, hablando de Fórmula 1, y las expectativas no nos permitían soñar con una carrera emocionante y con batallas en pista. Aunque esas eran las previsiones, porque luego la realidad poco o nada tuvo que ver. La zona de adelantamiento funcionó mejor de lo esperado y eso permitió ver algunas peleas sobre la pista buscando adelantamientos.
Eso hizo posible soñar a los de Red Bull y a Bottas, pues eran los más rezagados por diversas cuestiones y con todo en juego en el campeonato necesitaban regresar a sus posiciones sí o sí. Con esas premisas y con Hamilton haciéndose fuerte en la primera posición se daba inicio al GP.
La salida y el descubrimiento de la zona larga
La vuelta de formación se completaba y las unidades iban colocándose en su lugar de salida para aguardar a que el semáforo se apagara. El protocolo se cumplió como es debido y los 20 monoplazas empezaban a revolucionarse. Las cinco luces rojas se apagaron y Lewis Hamilton defendió su plaza de honor ante una buena salida del Alpha Tauri de Pierre Gasly y Fernando Alonso, que cogían la estela del británico batallando de un lado a otro camino de la curva 1. Hamilton fue el primero en trazarla, Gasly el segundo, aunque un poco abierto, más al interior y tercero se adentraba Fernando en el primer giro. Siguiendo la estela del ovetense se colaba Max Verstappen. Mientras Sainz y Norris avanzaban rueda a rueda de nuevo.
En el giro siguiente Max intentaba deshacerse del Alpine, pero a sus mandos iba todo un veterano y no iba a ser tan fácil. Alonso cerró la puerta y Max acabó levantando un poco de polvo al pisar los exteriores de la pista. Lo que provocaba que Norris volviera a emparejarse con el de Red Bull, aunque sin más dramas el 33 mantenía su plaza. Por su parte, Alonso aprovechaba para lanzar ataque al Alpha Tauri de Gasly y superaba al galo para meterse segundo.
Con una primera vuelta de locura, las cosas empezaban a estabilizarse por la parte delantera, en la vuelta 3 teníamos a Hamilton líder en solitario y almacenando ventaja sobre Alonso, en la segunda posición. Tercero se había instalado Pierre Gasly, aunque poco iba a durarle estando Max detrás, pues rápido se ponían a funcionar las radios afirmando que el 33 no era su carrera. De forma algo llamativa, Gasly se iba largo en la última curva y no abría el DRS en la recta, por lo que Verstappen superó al coche de Faenza sin grandes esfuerzos. Tras las penas mostradas a los medios después de haber ignorado las banderas amarillas el 33 ya estaba en zona de podio. Otro que estaba plasmando una buena remontada era Esteban Ocon, el galo había superado también al Ferrari de Carlos Sainz y ya era sexto.
En cambio, Bottas seguía atrapado fuera de los puntos, el aire sucio no es lugar para el finlandés y se volvió a ver que le cuesta hacer progresar al Mercedes en esas condiciones. Aunque más tarde acabó activándose o acostumbrándose a la situación. En la vuelta 5 Max Verstappen atacaba a Fernando Alonso con DRS en la recta principal y cerraba su escalada de regreso, solo Hamilton estaba por delante de él y soñar con superar al británico parecía fuera de su alcance. Sin embargo, su compañero seguía remando para sumar como equipo, Pérez superaba a Ocon y en 9 vueltas ya era sexto. Las mismas vueltas que tuvieron que pasar para ver el primer ataque de Bottas, superando a Tsunoda a duras penas a final de recta. Así alcanzaba la zona de puntos y empezaba a animarse en su remontada. Checo y Bottas se iban calcando los movimientos.
Las paradas, los primeros percances y las dudas en las estrategias
Las ventanas de paradas se iban abriendo para los pilotos, nos habían dicho por activa y por pasiva que sería a dos paradas. Pero a medida que las vueltas pasaban parecía que algunos arriesgarían el pellejo por ir a una. Lo que no sabíamos era que las Pirelli iban decir adiós sin previo aviso. Todos iban completando su primer paso por los boxes salvo Bottas, que se había aupado hasta la tercera plaza sin parar. El mexicano luchó en un bonito mano a mano con Fernando Alonso y aunque se acabó llevando el gato al agua y superando al de Alpine, no fue nada fácil, pero sí bonito de ver a ambos peleando en pista y respetándose. En la vuelta 33 la retransmisión se subía al coche de Bottas y el 77 comunicaba por radio que tenía un pinchazo. Las chispas saltaban de su Mercedes mientras trataba de empujar hasta llegar al box, su delantera izquierda se deformaba y Bottas se salía de pista.
La bandera amarilla empezaba a ondear al paso de Bottas, más lento, pero intentando mantenerse sobre el asfalto sin perder más tiempo del obviamente necesario. A duras penas conseguía volver a llevar a su Mercedes sobre lo negro, el alerón delantero solo tocaba suelo, los rivales le iban superando, tratando de adivinar su trazada y siguiendo la estela de chispas que dejaba a su paso. Consiguió llegar para cambiar sus gomas y el morro, pero al volver a pista debería volver a empezar la remontada desde fuera del top ten. Superadas las 40 vueltas y tras el susto de Bottas, en Red Bull cerraban las segundas paradas de sus pilotos. Hamilton copiaría el movimiento una vuelta después para seguir manteniendo a salvo su victoria.
Final de infarto, pinchazos y virtual
Con la parada de Pérez y Alonso de nuevo en la tercera posición real, el ovetense pedía por radio que Ocon se defendiera de Pérez como un león. Los puntos y el podio estaban en juego, pero Pérez tenía que remontar desde la séptima plaza, y Ocon estaba entre los coches a superar. Así se lo trasladaban al galo por radio y en la vuelta 47 Esteban hizo todo lo posible por devolver el favor de Hungría, era obvio que no podría aguantar tanto a ese Red Bull, pero le hizo perder todo el tiempo que estuvo en su mano. Pues pese a haber sido superado por el Red Bull, Ocon se agarró a su ala trasera y trató de devolverle el golpe, la batalla se alargó durante 5 curvas de garra absoluta, el galo defendiendo a su equipo y dando todo lo que pudo para prolongar la tregua a su compañero y el mexicano tratando de pasar y no tirar por tierra unos buenos puntos para la marca. Parecía que Sergio Pérez había puesto ya la directa hacia el podio y que la batalla con Fernando Alonso iba a ser una realidad.
En la vuelta 51 volvía a ondear la bandera amarilla, el protagonista era George Russell, otro pinchazo increíble, pero cierto. Un nuevo Pirelli había vuelto a fallar sin dar síntomas de flaqueza. De nuevo el delantero izquierdo, todos aquellos que habían superado las 30 vueltas con las gomas se metían en apuros, pues si algo pasa en dos ocasiones no es por pura coincidencia. Pirelli había hablado siempre de dos paradas, pero algunos intrépidos quisieron alcanzar la proeza con una sola visita a los mecánicos. Justo en ese momento veíamos en la tabla de tiempos que Bottas paraba de nuevo, pero más tarde se mostraba como fuera de carrera sin más noticias sobre él. Como todo en la vida, eso puede salir bien o mal. Y en esta ocasión el mal volvió a repetirse, en la 53 era Latifi el que reproducía el mal de la delantera izquierda y acababa aparcando el coche en los exteriores de la pista.
La banda de rodadura del canadiense estaba suelta por completo y ya nada iba a poder solventarse con una parada a tan pocas vueltas del final. Las radios empezaron a arder preguntando si paraban o no, pero los resultados podían verse comprometidos, parar era retroceder y no parar era arriesgarse a perderlo todo. Alonso y Alpine decidieron aferrarse al sueño del podio, aunque Pérez les perseguía a poco más de 7 segundos. Justo en ese momento Mick Schumacher se le cruzó por delante en un regreso peligroso a pista, por suerte no pasó nada grave.
El Virtual Safety Car entró en escena en esos últimos instantes de locura y desapareció para la última vuelta. Max Verstappen atesoraba la vuelta rápida, pero decidieron entrar para poner blando e intentar amarrarla por si alguien intentaba arrebatársela, pero eso no fue así. La cita catarí finalizó bajo tensión, aunque no para Lewis Hamilton, el británico no necesitó focos para brillar en la noche de Doha, lo hizo con luz propia para aferrarse al sueño del octavo título. Sólido, sin fisuras y con un potencial inalcanzable aquí, así cruzó el sir británico la línea de meta para ver ondear la bandera a cuadros en primera posición y llevarse su victoria 102 en la Fórmula 1. Segundo finalizó Max Verstappen, el león neerlandés no pudo hoy con su máximo rival, pero minimizó daños de forma brillante y eso le da bola de partido en Arabia para proclamarse campeón del mundo por primera vez. Completó el podio un pletórico Fernando Alonso, el asturiano dijo en Brasil que el podio no iba a ser posible este año, pero así está la Fórmula 1 en esta temporada. Las ultimas curvas fueron a cámara lenta y la recta de meta se hizo más larga de lo que ya es, pero lo consiguió y su olé olé recorre el mundo con su feliz imagen en el podio. Uno podio de tres grandes de este deporte, 9 títulos en lo más alto y los que faltan.