En la Fórmula 1 siempre se ha recalcado la importancia de tener un buen coche, y es que, si el bólido no es bueno, poco importa el talento del piloto. Una creencia que comparte Lewis Hamilton, quien sabe de primera mano lo que es conducir un monoplaza dominante. Ahora, el heptacampeón del mundo no tiene un coche superior, por lo que le está costando dar guerra a los de arriba. Algo normal teniendo en cuenta el sideral nivel del RB19, muy superior al del resto de monoplazas. Por otro lado, el de Stevenage ha hablado de las mejoras presentadas por Mercedes en los últimas carreras, las cuales les han permitido dar un importante paso adelante, aunque insuficiente para poder pelear, de momento, por el escalón más alto del podio.
El talento no es suficiente
"Siempre trato de confiar en mi habilidad de conducción para compensar el déficit, pero finalmente no ha sido suficiente en muchos lugares. Si analizas la carrera en Silverstone, estuvimos igualados en tiempo hasta la curva 13 con Max en la vuelta de clasificación. Luego simplemente perdimos el rendimiento y la velocidad después de eso. Lo que no podemos ver es el flujo de aire que pasa por todo el coche, por lo que los ingenieros están simplemente limitados. Todos los vórtices te dejarían boquiabierto si vieras lo que ocurre debajo del monoplaza, que es muy diferente a los de las generaciones anteriores", ha comentado en declaraciones recogidas por el medio RacingNews365.
"Trabajar en eso lleva tiempo, y también tiene recursos muy limitados, de modo que se debe tener cuidado con las decisiones que se toman. Si avanza a toda máquina en esta dirección, podríamos perder semanas de desarrollo y eso podrían ser décimas de rendimiento, así que los ingenieros tienen que ser muy metódicos en la forma en la que pasan por ese proceso", finaliza.