El asesor del equipo austriaco, Helmut Marko, explica que con tanta carrera pegada en esta temporada ha sido más difícil saber cuáles eran sus problemas. Lo habitual este año fue tener tres fines de semana de carreras seguidos, un pequeño descanso y de nuevo otro triplete. Eso es lo que según Marko ha impedido que identificaran las deficiencias de su coche este año frente a las grandes virtudes del Mercedes. No poder saber qué eran lo que tenían que abordar y el avance tan rápido de las carreras complicó el mejorar su coche, pero ya saben qué falló y saben que podrán hacerlo bien de cara al próximo año, en el que los cambios serán escasos. Ahora empiezan a acercarse a Mercedes y si es ese el punto de partida esperan poder ser más competitivos y ser serios candidatos a llevarse el campeonato. Su desarrollo seguirá hasta la última cita del calendario, pues todo ese trabajo se podrá llevar al 2021 y transferirlo a su nuevo monoplaza como base.
Dificultad para identificar problemas
"En Nürburgring estábamos más cerca de Mercedes de lo que hemos estado en toda la temporada. Tuvimos un momento difícil con el RB16, pero ahora está claro por qué. Encontramos los errores que causaron las irregularidades aerodinámicas. Simplemente, no pudimos rectificar los defectos de diseño este año. Además, con todas las carreras consecutivas, fue más difícil identificar la causa del problema en primer lugar. Afortunadamente ahora estamos de nuevo en el camino correcto. En lo que respecta al chasis, creemos que podemos volver a la situación a la que estamos acostumbrados que producimos el mejor chasis cada año. Para lograrlo, seguiremos desarrollándonos hasta la última carrera. Los cambios que hacemos ahora no se pueden transferir uno a uno, pero ciertamente pueden usarse como base para el monoplaza 2021".