Max Verstappen se ha convertido esta temporada en uno de los pilotos mejor valorados por la afición. Después de un 2018 donde fue duramente cuestionado por sus controvertidas maniobras, el neerlandés ha madurado y ha dejado patente que ya no es el que era hace un año. Y así ha quedado reflejado sobre la pista. El número '33' de Red Bull ha sido capaz de batir en 2019 a los dos hombres de Ferrari con un monoplaza, a priori, inferior, y ha logrado subirse al escalón más alto del podio hasta en tres ocasiones, lo que le sitúa como el principal candidato a convertirse en el sucesor de Lewis Hamilton en la competición.
El máximo apoyo de Max desde que iniciara su andadura en el mundo del automovilismo ha sido su padre, Jos Verstappen, también expiloto de la máxima categoría del automovilismo. El de Montfort no duda en afirmar que si bien lo dio todo durante su etapa en activo, ha hecho más por la carrera de su hijo que por la suya propia, y lo cierto es que no se arrepiente, sino todo lo contrario. Ha dedicado tanto tiempo y esfuerzo a Max que su objetivo es que alcance la ansiada corona, ya que si finalmente lo logra será un éxito compartido.
Dedicado al cien por cien a su hijo
"No me interesa hablar de los logros que he tenido en mi carrera como piloto, ya que el tiempo que he pasado con Max ha sido más divertido que el que pasé yo solo cuando competía. Pienso que cuando puedes ganar algo grande junto a tu hijo, es mucho mejor que cuando lo puedes lograr por ti mismo. Lo cierto es que he hecho más por la carrera de Max que por la mía propia. Mi hijo es el proyecto de mi vida, así que quiero ganar con él y quiero que se convierta en campeón del mundo. Tenemos un mismo objetivo los dos", ha expresado en palabras para Formule 1.