"Il Predestinato vince!" Así narraba la televisión italiana la victoria de Leclerc en 2019. Hoy, 5 años después y ante todo pronóstico, Charles Leclerc ha ganado en Monza delante de toda la afición italiana. Confiar en Ferrari a veces es complicado, pero hoy han tenido la suerte de cara y han sido capaces de aguantar a los McLaren, que han acabado 2º y 3º y no han sido capaces de ponerse primeros en el Mundial de constructores.
Primeros compases de carrera
A las 15:00 hora local se apagaban los semáforos en uno de los circuitos más míticos de la historia de la F1: Monza. Norris defendía la primera posición con su compañero al lado, y ambos con el mismo objetivo: sumar los suficientes puntos para arrebatarle el liderato del mudial a un Red Bull que viene en horas bajas.
Después de unas carreras con dudas en la salida, Lando Norris lograba llegar a la primera chicane en primera posición, mientras por detrás George Russell se saltaba la curva, haciendo que cayera hasta la octava posición, por detrás de los Red Bull. Sin embargo, la alegría de Norris no duraría mucho. Piastri le lanzaba el coche a su compañero, ganándole la posición. También Leclerc ganaba la posición. La salida era buena, pero por séptima vez (es decir todas sus poles), Norris no acababa la primera vuelta liderando.
Se estiraba el grupo y solo Leclerc era el único en mantenerse en DRS con Piastri. Ante la falta de adelantamientos, empezaba el juego en boxes y los intentos de undercut. El primero en intentarlo era Lando Norris, que incluso entraba pasado y tocando el bolardo de entrada en el Pit. El undercut de Norris funcionaba y Leclerc preguntaba por radio por qué le habían parado si ya habían perdido la posición... Carlos hacía lo contrario y se quedaba fuera esperando que los neumáticos de los que habían parado fallecieran y él llegara con mejores neumáticos al final. Por detrás, también paraban los Red Bull que veían como los duros también perdían vida. Paraba Max y ocurría algo poco habitual: ¡una parada mala de Red Bull, más de seis segundos!
Ferrari se la juega, toca rezar
Con la alta degradación que había en pista, era imposible para muchos ir a una parada. Solo había un equipo que se la jugaba: Ferrari, bufones o leyendas ante su público. ¿Llegaría el neumático hasta el final? Lo que parecía imposible, podía convertirse en realidad y ganar en casa ante todo pronóstico.
Leclerc, Sainz, Piastri y Norris. Ferrari contra McLaren. Poco a poco, décima a décima Piastri se acercaba a un Carlos que tenía una distancia de 11 segundos con su compañero. Carlos estaba muerto, pero sabía que una mínima defensa sería suficiente para que los McLaren no alcanzaran a su compañero. Finalmente, Carlos no pudo con los coches naranjas y ahora era Leclerc contra el mundo. 10 vueltas y 11 segundos. Duros de más de 30 vueltas contra un duro de unas quince. El milagro era posible.
Y lo fue. Charles Leclerc lograba ganar en Monza, ante los tifosi. Ambos McLaren acabaron detrás, con Piastri 2º y Norris 3º. Mal resultado para McLaren que no han sabido aprovechar la ventaja del 1-2 de la Clasificación de ayer y se marchan a ocho puntos de un Red Bull. Por su parte, Norris también solo le recorta ocho a Verstappen. Así no se ganan mundiales.