Mercedes ha fallado en pocas ocasiones en lo que llevamos de temporada y, en las que no estuvo fino, Red Bull siempre estuvo ahí para aprovecharse. La primera oportunidad había sido en el Gran Premio de Hungría donde Max Verstappen había ganado la segunda posición a Bottas, lo mismo sucedió en España. Sin embargo, el golpe clave había sido la victoria del holandés en Silverstone donde sorprendió a los alemanes porque pensaban que todas las carreras estarían en su mano. Es cierto que el RB16 no está a la altura del W11, pero siempre están al acecho y atentos de cualquier mínimo error que cometan los de Brackley. Teniendo estos ejemplos de referencia, Helmut Marko confía en las posibilidades matemáticas de Verstappen en el Campeonato de Pilotos y si la distancia disminuye en términos de rendimiento, pueden ser una amenaza real en cada fin de semana. Por el momento, tienen prevista una mejora para Bélgica donde seguir con la idea de estar más cerca de sus rivales directos; aunque la distancia es relativamente grande con Mercedes según el fin de semana que afronten.
El objetivo de ganar el título sigue latente
"Habíamos estado al nivel de Mercedes en las tandas largas del viernes en Barcelona, pero en la carrera los neumáticos traseros se sobrecalentaron, lo que redujo nuestra velocidad. Esto había sido más pronunciado en el caso de Albon que en el de Verstappen, ya que apostamos por un mal reglaje. Aún tenemos ciertas desventajas respecto a Mercedes, en especial por nuestro chasis, ya que es bastante impredecible porque los datos obtenidos del túnel de viento no reflejan lo que vemos en la pista. Seguiremos trabajando en ello y, además, llevaremos nuevas piezas para Bélgica lo que nos debería ayudar a mejorar la estabilidad del coche. Aún no estamos en la mitad de la temporada, en algún momento la racha de victoria de Mercedes debe terminar. Por eso, Verstappen aún puede convertirse en campeón del mundo, ese es nuestro objetivo para esta temporada", finalizó Marko en palabras recogidas de Motorsportweek, esperanzado de aprovechar los malos fines de semana del equipo alemán para recortar distancia en el campeonato.