El piloto ruso confiesa que sufrió para adaptarse con este tamaño de los coches, las batallas eran peligrosas a ciegas. Y es que no sabía bien dónde acababa y dónde empezaban sus alerones, aunque con el tiempo se fue acostumbrando. Y después de un poco de práctica acabó disfrutando de algunas batallas sobre el asfalto. Es positivo que puedan hablar abiertamente de aquello que les supuso un reto a superar.
El tamaño de los coches era un problema
"Por supuesto que lo estoy, me siento 100% listo. Tuve algunas buenas batallas este año con algunos coches más rápidos y me sentí cómodo. Para mí, principalmente peleando con personas, necesito saber exactamente dónde termina mi alerón trasero y dónde termina el alerón delantero, para saber exactamente cómo colocar mi coche junto a ellos. Siento que tengo esa confianza. Recuerdo que fue muy aterrador en la primera carrera en Baréin porque los coches son muy largos y anchos. Pero ahora estoy en un buen lugar, por lo que conducir un monoplaza más equilibrado y más predecible debería hacer que sea más fácil y agradable".