La jornada de sábado se vio comprometida por la lluvia, algo esperado en las previsiones del Gran Premio. Y es que llevábamos algunos días escuchando que la lluvia iba a llegar en algunas de las jornadas de la cita canadiense, ya el viernes acabó la sesión vespertina bajo la lluvia y el sábado parece que no quiso ser menos. La lluvia es un riesgo extra que todos asumen cuando saltan a la pista y un error en Libres 3, justo antes de la clasificación, puede ser muy caro, demasiado en algunos casos.
La clasificación también sufrió las alteraciones que son habituales cuando la lluvia hace acto de presencia. La decisión de salir con unos neumáticos u otros puede ser decisivo a la hora de pasar el corte, pues la lluvia no espera a que nadie cruce la línea de meta o acierte con sus gomas. Cuando las gotas caen, la suerte está echada, hasta los grandes pueden acabar fuera a las primeras de cambio.
Aunque esta temporada parece no haber suerte ni mala ni buena para Max Verstappen, suceda lo que suceda el neerlandés siempre cae en pie, como los gatos. Ya en esta carreras del inicio de año hemos visto diferentes situaciones y el campeón de Red Bull no ha fallado a la hora de sumar lo máximo posible. Si el cajón de número 1 está disponible es raro no ver allí al vigente campeón del mundo.