"Ya no es el que era"; "Jubílate"; "¿Para qué vuelve a la Fórmula 1?"; "Vive de los éxitos del pasado"; "Tiene los haters que se merece". "Es un borde". Estas son algunas de las lindezas con las que Fernando Alonso ha tenido que lidiar en los últimos años. Ha sido infravalorado, vejado y calumniado, pero el español no ha respondido con palabras, sino con hechos. Le crucificaron cuando regresó a la categoría reina del automovilismo porque vieron que le costaba adaptarse al monoplaza y que Esteban Ocon le superaba con asiduidad. Hay un dicho muy apropiado al que me voy a acoger: "Quien ríe el último, ríe mejor". Porque eso es lo que hizo el bicampeón del mundo en el circuito de Losail, cerrar la boca de todos aquellos que no confiaron en él y olvidaron las gestas conseguidas en 2005 y 2006. Él es nuestro Nano, la máxima expresión del talento al volante, el tío que mejor sabe gestionar cada situación, el que nunca se rinde, la constancia hecha persona.
2021 no ha sido un año fácil para él: ha tenido que adaptarse a una categoría muy diferente a la que dejó cuando decidió poner punto y aparte a su aventura, y por si fuera poco se ha encontrado con un compañero de garaje quince años más joven, cargado de ilusión y motivación por demostrar sus capacidades. Pero nada ha podido con él. El plan está en marcha; 2022 ya toca a la puerta y, con él, la ilusión de muchos aficionados por ver al asturiano pelear de nuevo por la corona. Sé que en estos momentos ese objetivo parece ciencia ficción, pero hay que creer en lo imposible, porque Fernando es todo un experto en obrar milagros. Y ahora que ha obtenido su podio número 98 tras siete años de sequía, con más razón.
No dejes de soñar
Yo sí confío en ti. Siempre lo he hecho, incluso cuando te soltaban a puerta gayola en las pistas con aquel McLaren-Honda que no servía ni para quitar la suciedad del asfalto. No sé si lograrás el tercer título, ni siquiera si volverás a ganar una carrera, pero de una cosa sí estoy seguro, y es que voy a seguir vibrando con cada una de tus actuaciones, ya sea en la Fórmula 1, en el Mundial de Resistencia o en el Mario Kart. Y antes de finalizar, una petición: no dejes que nadie apague tus ilusiones, porque una gran mayoría hemos crecido, sufrido y ganado contigo, y para todos nosotros tú eres EL REFERENTE. Eres el único que ha conseguido emocionarme en el escalón de un podio, y eso es porque tienes algo especial dentro, créeme. El mundo del automovilismo te debe una. Los que se esconden en la cueva y te calumnian te deben una. Dales donde más les duele. ¡A por todas!