Durante la clasificación de hoy se vio a los aficionados de las gradas celebras los accidentes de los pilotos de Mercedes. Es bonito ver a una marea animar, arropar y empujar a su piloto favorito, pero todo cambia cuando lo que se celebra es el accidente de una persona. Desde el confort de una grada o desde la comodidad del sofá de casa igual las cosas se ven diferentes, pero los valores deben estar siempre por encima de los colores. Y, hoy, no lo estuvieron. Los pilotos no son máquinas y aunque hayamos visto que salen ilesos de accidentes brutales, también hemos llorado la pérdida de varios pilotos, aunque parece que estas cosas se nos olvidan.
No se celebra el accidente de nadie
El circuito del Red Bull Ring lucía espectacular, el ejército naranja estaba preparado para alentar a su ídolo. Era increíble ver sus olas y su griterío al paso de Max.
Pero fue insulto y una falta de respeto ver cómo celebraban el accidente de Lewis Hamilton. En los valores de todo deportista y deporte está el respeto a tu rival y hoy los aficionados naranjitas se olvidaron de ello.
Y aprovecho para responder a la aportación de Eddiechavita en el directo de clasificación de hoy, la afición de Max no celebraba ninguna vuelta de Max, porque el campeón del mundo estaba en su garaje. Solo había cerrado vuelta George Russell, así que no hay excusa posible que defienda los lamentables gritos y celebraciones, manos en alto de los aficionados de naranja que hoy llenaban las gradas. Eso no se hace y punto, bajo el casco hay una persona y esa persona se juega la vida subiéndose al monoplaza y me da igual qué piloto sea.
Me pueden decir que en Silverstone el año pasado los británicos celebraron el accidente de Verstappen en el toque entre el 33 y el 44. Bien, eso también estuvo mal, un accidente nunca es motivo de celebración. Hay que luchar por defender este pensamiento y no dejar que se impongan fanatismos y odios de tal calaña.
Una vez se sabe que el piloto está a salvo, el deporte puede continuar y por tanto centrarse en lo que sucede y celebrar lo pertinente. Pero hasta no saber su estado no es propio hacer jolgorio del mal ajeno, no es cuestión de karma, es cuestión de valores. Y hoy la hinchada naranja, no todos seguramente, pero lo que se vio en su mayoría, demostró no tener esos valores, al menos con Lewis Hamilton.
Tampoco lo demostró con George Russell, pues volvimos a escuchar celebraciones. ¿Qué hizo Russell para merecerlo? ¿También tiene alguien una explicación? Una que no sea odio a Mercedes por arrebatarles el título de constructores el pasado año.
Esto es el deporte, unos ganan, otros pierden, disfrutemos de ello y cuando acabe feliciten al ganador, acepten las derrotas, ayudan a crecer y la vida no se acaba con eso. Y no escribo esto porque hay niños viendo este deporte y debemos dar buen ejemplo, lo escribo porque antes que nada, también antes que aficionados, somos personas y si tenemos un accidente, o alguien allegado a nosotros lo tiene, sería deleznable que alguien lo celebrara.
Quizá cuando los males ocurren hay que dejar a un lado los colores y sacar el lado humano, igual es sobre esto sobre lo que hay que reflexionar. Y no pararse a abrir el cajón de mierda y sacar ejemplos donde otros hicieron tal, pues eso no da permiso a hacer lo mismo. Y, obviamente, cada cual es libre de opinar y actuar como quiera, siempre que sus acciones no dañen a nadie o a sus libertades.