Austria se convertirá en un escenario decisivo para Racing Point este fin de semana, y es que tras caer a la zona media-baja de la parrilla en las últimas carreras, los hombres de Silverstone están obligados a regresar al Top 10 si no quieren descolgarse del liderato de la zona media de la tabla, donde en estos momentos tanto McLaren como Renault parecen estar un paso por delante, como quedó reflejado en Francia y también en Canadá, donde solo la mala suerte impidió sumar puntos a los de Woking. Sergio Pérez y Lance Stroll coinciden en que el hecho de que el trazado del Red Bull Ring sea uno de los más cortos del calendario no lo convierten en fácil de pilotar, ya que cuenta con algunas curvas complejas que son realmente exigentes con los frenos. Algo que varios pilotos comprobaron en primera persona en años anteriores, pues sufrieron para cruzar la bandera a cuadros debido a problemas con el sistema de frenado. Veremos si Racing Point deja atrás su mala racha y recupera parte del rendimiento perdido en una prueba en la que el año pasado rindieron realmente bien tras hacerse con el sexto y el séptimo puesto.
Sergio Pérez (13º - 13 puntos):
"Ir a Austria es como correr en la naturaleza. Estás conduciendo un coche de Fórmula 1 a través de las colinas, que es un lugar precioso. También me gusta la comida austriaca; es una de las mejores del año. La Red Bull Ring es una pista divertida porque es bastante corta, con pocas curvas y la parrilla siempre está muy igualada. Cada décima realmente supone una gran diferencia en tu posición de clasificación. He tenido buenos resultados en Austria a lo largo de los años, pero mi mejor recuerdo es de la carrera de 2014, en la que logré liderar la misma durante unas cuantas vueltas. Ese fue el primer año que volvimos a Austria, y fue un fin de semana muy ocupado con muchos fans. Aunque es una vuelta corta, hay algunas curvas interesantes. La mejor parte para mí son las curvas nueve y diez, que conforman la última parte de la vuelta, ya que son muy rápidas y hay que comprometerse".
Lance Stroll (16º - 6 puntos):
"Correr en Austria es muy divertido. La vuelta es rápida y compacta, y es muy agradable de conducir. Es una pista en la que he corrido mucho en las categorías inferiores, por lo que siempre me resulta muy familiar cuando volvemos allí. Si observas el mapa del circuito, parece ser una vuelta corta y sencilla, pero la realidad es muy diferente. Todas las curvas son un reto, y hay algunas zonas de frenada grandes en las que hay que ser realmente preciso y tener confianza en los frenos. El mayor reto es conseguir la vuelta perfecta, aunque solo haya diez curvas. Como escenario, este es uno de los lugares más bellos que visitamos. Está realmente en medio del campo y bastante aislado. La pista sigue el flujo de las colinas y hay algunos cambios de nivel, como las aproximaciones a las curvas uno y dos".
Otmar Szafnauer, jefe de Racing Point:
"Austria es una de esas pistas en las que hay que cambiar la velocidad punta por la carga aerodinámica. Hay algunas rectas grandes, sobre todo en el tramo de la primera curva hacia las dos, pero la mayoría de las curvas tienen una larga duración que nos empuja más hacia una configuración con mayor downforce. Otro aspecto a tener en cuenta en Austria es la gran exigencia con los frenos, ya que a menudo hemos visto coches que se han quedado sin frenos en las últimas vueltas de la carrera. También es una pista donde los errores se castigan con algunos pianos grandes que pueden causar bastante daño. En ese sentido, es una vuelta bastante desafiante para los pilotos, a pesar de que solo hay diez curvas".