Equipos y pilotos encaran ya el final de la temporada 2018 de Fórmula 1, y algunos de ellos comienzan a hacer balance de lo que ha supuesto su año a nivel de competición. Es el caso de Daniel Ricciardo, quien, sin duda, ha sido uno de los grandes protagonistas de esta campaña, tanto dentro de la pista (logró el triunfo en China y Mónaco), como fuera de ella (sorprendió a todos anunciando su marcha de Red Bull y haciendo oficial poco después su fichaje por Renault).
Para el piloto australiano, esta ha sido la campaña más "rara" dentro de la categoría, pues comenzó el año con un gran nivel de pilotaje, alcanzando dos victorias en los seis primeros Grandes Premios y convirtiéndose en un aspirante potencial en la lucha por el título junto a Lewis Hamilton y Sebastian Vettel, sin embargo, de un tiempo a esta parte la suerte dejó de estar de su lado al experimentar un importante bache tanto en su rendimiento como en la fiabilidad del monoplaza, lo cual no solo le hizo perder cualquier opción al Campeonato (a día de hoy se encuentra a 155 puntos del liderato), sino también la ventaja respecto a su compañero, que a día de hoy cuenta en su casillero personal con 22 puntos más a pesar de haber realizado un arranque de año francamente malo.
No está satisfecho con su campaña
"2018 ha sido la temporada más rara que he vivido en toda mi trayectoria. Tuve mi mejor arranque ganando dos de las primeras seis carreras disputadas, y después de Mónaco pensé que mi temporada era prometedora y que incluso podría luchar por el título. Considero que continúo pilotando bien, pero por varias razones las cosas no han funcionado de la manera esperada. No he perdido mi confianza, pero sí mi motivación y amor por este deporte", ha comentado en unas declaraciones ofrecidas ante los medios de comunicación.
Por otra parte, Ricciardo ha asegurado que no será consciente de su marcha de Red Bull hasta que llegue el momento de quitarse el mono del equipo en el último Gran Premio, momento en el que, de manera oficial, pasará a ser piloto de Renault. De igual modo, no tiene ninguna duda en que la despedida con su actual escudería será amistosa, ya que han sido muchos años trabajando juntos y peleando por llevar al equipo austriaco hasta el cajón más alto de la tabla. Entretanto, afronta su próxima etapa en Renault como un nuevo reto personal en el que espera llevar a cabo grandes actuaciones que le permitan ayudar al equipo a dar el paso adelante que necesita para volver a pelear por cosas importantes.
"Creo que cuando vea la bandera a cuadros en Abu Dabi y me quite la ropa del equipo Red Bull, será cuando la realidad me golpeé por primera vez. No es tanto el hecho de irme a Renault, sino el de cerrar este capítulo de mi vida. Emocionalmente, creo que será algo que sentiré en ese momento. He usado un casco de Red Bull durante más de una década. Ha sido un viaje divertido junto a ellos, y estoy convencido de que no nos separaremos en malas condiciones. El año que viene tendré 30 años, y me siento preparado para un reto nuevo. Aunque suene a estupidez, esta ha sido la primera vez que he tomado una decisión por mí mismo después de tanto tiempo en Red Bull", ha expresado para finalizar.