Histórico triunfo de George Russell en Brasil. El británico ha alcanzado la primera victoria de su vida en la Fórmula 1 tras una actuación brillante en una locura de carrera en la que ha compartido podio con Lewis Hamilton y Carlos Sainz.
Al contrario de lo que indicaban las predicciones, la carrera dominical en Interlagos comenzaba en condiciones de seco. Ya de entrada, veíamos bastante variedad estratégica, con Mercedes y Red Bull eligiendo las gomas blandas y Ferrari, en sus dos coches, optando por las medias pese al peor rendimiento de estas en la jornada de ayer. Esto tenía incidencia directa en la salida, pues Charles Leclerc se veía superado por Lando Norris, que sí había montado las rojas. Mientras, arriba todo seguía igual. No obstante, el Safety Car iba a tardar poco en hacer acto de presencia tras un toque entre Daniel Ricciardo y Kevin Magnussen. El de McLaren tocaba al danés y este trompeaba, golpeando a su vez al número '3'.
Primer contratiempo
La grúa tardaba más de lo previsto en retirar los monoplazas de la pista y finalmente la prueba se relanzaba en la vuelta 7. Y la relanzada iba a ser muy intensa. Verstappen atacaba a Hamilton al final de la primera curva y ambos se tocaban, dañando sus monoplazas. Tanto es así que el de Red Bull se veía obligado a entrar en boxes. Mientras, el heptacampeón del mundo seguía en pista sin demasiados problemas. También se tocaban en el reinicio Norris y Leclerc, viéndose mayoritariamente perjudicado el monegasco, que acababa contra el muro, si bien podía llegar a boxes y, finalmente, regresaba a pista tras Verstappen.
Transcurrían las vueltas y Hamilton progresaba sin demasiados problemas. Algo más le costaba cuando llegaba hasta Vettel, que se ayudaba del DRS de Norris y le ponía más difícil el adelantamiento. Entretanto, se anunciaba una sanción de cinco segundos a Verstappen y a Norris por sus maniobras. Entrábamos en la vuelta 15 y Alonso, que partía con medios, hacía su primera parada. Poco después, hacía lo propio Sainz, aunque en su caso se veía obligado por un problema en el disco de frenos causado por un tear-off atascado. El español regresaba a pista en undécima posición. Por arriba, Russell mantenía las distancias con Pérez y Hamilton no era capaz de acercarse por detrás, presumiblemente con las gomas algo más desgastadas por sus batallas.
El mexicano era el primero de los de arriba en parar y se metía en tráfico. Tanto es así que Sainz se le echaba encima, aunque no llegaba a amenazar su posición. Russell pasaba por el pit lane una vuelta después, manteniendo sin problemas el primer lugar. El que no entraba era Hamilton, que se quedaba fuera como líder de la prueba, esperando algún Coche de Seguridad o Virtual Safety Car que le diera ventaja respecto a sus rivales. Finalmente, el británico cambiaba gomas en la vuelta 30, eso sí, con neumáticos bastante más jóvenes que el de sus rivales, sobre todo Sainz, que encima llevaba blandas. Más atrás, Leclerc y Verstappen recuperaban puestos, aunque no tan rápido como se esperaba.
Aún faltaba la traca final
Alcanzábamos prácticamente el ecuador de la prueba y la situación comenzaba a variar, con Hamilton siendo el más rápido con diferencia y recortando distancias con Sainz, que entraba a boxes en la vuelta 36 con las gomas muy desgastadas. También Alonso, que además sufría una mala parada que le llevaba hasta atrás, y aparte con otra parada en mente, pues volvía a montar gomas medias. Mientras, Hamilton hacía su trabajo y, dos vueltas después de cazar a Pérez, le superaba y se marchaba hacia delante. Esto hacía que el mexicano entrara inmediatamente después al pit lane. Una estrategia que replicaba el de Mercedes, ambos saliendo detrás de Sainz, que en principio tenía que volver a parar.
Todo volvía a cambiar en la vuelta 53, pues Norris se quedaba parado en la curva 10 por un problema de motor y originaba un Virtual Safety Car, beneficiando a Alonso y Sainz, que ganaban tiempo en la calle de boxes. Desastre para McLaren, que prácticamente perdía la posibilidad de luchar por la cuarta plaza del Mundial de Constructores con Alpine. Y aún quedaba un nuevo giro, pues Dirección de Carrera sacaba el Safety Car y cambiaba todo arriba, con algunas diferencias en la juventud de las gomas. Todo se reanudaba en la vuelta 60, con Russell al frente. Sainz atacaba sin miramientos a Pérez, que se defendía de manera colosal. Por detrás, Alonso recuperaba tres posiciones y se iba a por los Ferrari.
RUS, haciendo historia
Russell abría distancia de DRS con Hamilton y los Mercedes se marchaban de Pérez y compañía. Finalmente, en la vuelta 63, Sainz pasaba a Checo y Verstappen reducía hueco también por detrás. El mexicano se convertía en una presa fácil, lo que hacía que Leclerc y Alonso le superaran, haciendo que Red Bull ordenara a Checo que dejara pasar a Verstappen, quien se dirigía hasta Alonso y Leclerc. No obstante, no llegaría hasta ellos.
Y ondeaba la bandera a cuadros con muchas radios. Leclerc pedía a Ferrari que Sainz le dejara pasar, pero los italianos se negaban al ver la proximidad de Alonso, que se encontraba a 1,2-1,3 segundos, originando el cabreo del monegasco. Por detrás, Red Bull pedía a Verstappen que le devolviera posición a Pérez si no era capaz de adelantar a Alonso. Algo que no cumplía y que, por ende, hacía estallar a su compañero de garaje: "Ha dejado ver quién es", decía el de Guadalajara por radio. Ajenos a todo esto, los Mercedes se llevaban un gran doblete con un estratosférico Russell, que lograba su primera victoria en la Fórmula 1 en un carrera loca que nos hacía olvidar el tedio de México.
Solo queda una cita para el final de la campaña, y se viene realmente tensa con Sergio Pérez y Charles Leclerc empatados en la segunda plaza del Mundial y con mucho por decir aún. Sus compañeros jugarán un papel crucial también. Y eso no es todo, pues Esteban Ocon y Fernando Alonso pelearán por convertirse en el octavo clasificado. En estos momentos, la distancia entre ambos es de cinco puntos a favor del francés.