La temporada 2019 de Fórmula 1 nos ha dejado varios nombres propios, y entre ellos se encuentra el de Carlos Sainz. El piloto español no solo se ha convertido en el mejor de la zona media de la parrilla, sino que además ha sido capaz de batir a dos hombres que han competido a los mandos de un Red Bull, Pierre Gasly y Alexander Albon. Por si fuera poco, el número '55' de McLaren siempre recordará esta campaña por haber sido la primera en la que se ha subido al podio en la competición. Precisamente de todo ello ha hablado el madrileño durante la rueda de prensa celebrada por Estrella Galicia 0,0, en la cual ha llevado a cabo un repaso de esta campaña y ha expuesto sus principales objetivos para 2020, donde espera que McLaren continúe con la gran progresión de la que ha hecho gala durante los últimos meses, la cual le ha permitido convertirse en el cuarto mejor equipo de la parrilla. Respecto a su tercer puesto en el Gran Premio de Brasil, Sainz ha hecho especial hincapié en cómo vivió aquel fin de semana, donde el viernes el coche no rindió de la manera esperada, el sábado no pudo completar ninguna vuelta de clasificación y el domingo, partiendo desde la última plaza, fue capaz revertir la situación y transformar dos días de pesadilla en una jornada de ensueño.
La meta es seguir creciendo
"No hay objetivos concretos para la próxima temporada, pero lo que quiero es que tanto McLaren como yo sigamos con la progresión que llevamos; es muy importante que esa progresión siga su curso y, por tanto, que lo que hemos hecho en 2019 se transmita a 2020 y que el año que viene continuemos recortando distancias con los equipos de arriba. Más adelante, de cara a 2021 y 2022, aún no sabemos qué va a pasar. 2020 es un año para seguir la tendencia de estos últimos meses".
2019, el año de su primer podio
"Se ha cumplido un paso muy grande en mi carrera, que es lograr mi primer podio. Creo que la gente se olvida de lo difícil que es llegar hasta él. Muchas personas piensan: 'son 100 carreras, ya tocaba', pero con la Fórmula 1 actual nadie me garantizaba que pudiera conseguir un podio. A día de hoy, con los tres primeros equipos casi doblando al resto de la parrilla, quién sabe cuándo se podrá volver a repetir un tercer puesto. Que llegase este podio en una carrera en la que salía último y que se disputó en condiciones de seco fue un logro especial que además alcancé en mi Gran Premio número 101. La Fórmula 1 actual es muy diferente a la de hace unos años", ha proseguido.
El de Brasil, un fin de semana para la historia
"Recuerdo que el sábado no pude dar ni una vuelta en clasificación. El mero hecho de no poder completar ni una sola vuelta en qualy me cabreó mucho. Me fui al hotel ese día de muy mala leche. Pensaba en lo mal que habíamos ido el viernes y en lo larga que se me iba a hacer la carrera saliendo el último, ya que adelantar en Interlagos es muy complicado. Todo pintaba mal. Sin embargo, llega el domingo, me despierto por la mañana y es un día nuevo, estoy más positivo, con más ganas de competir. Llega la carrera y desde la vuelta de formación veo que el coche va mucho mejor que el viernes. Con los cambios de configuración que hicimos, íbamos mucho mejor, y ya desde el primer giro empiezo a atacar, me siento cómodo, y en esos ataques comienzo a ver que me está saliendo todo. Cada adelantamiento que llevo a cabo, me sale".
"Intento ahorrar neumático y la rueda responde. Intento ir largo y se puede. Aquel domingo fue de esos días que de repente te empieza a salir todo y sin casi tiempo para procesarlo me veo que estoy cuarto o quinto en la última relanzada del Coche de Seguridad, y entonces me digo: 'esto ya no se puede dejar escapar'. Y así lo hice. Luego llegó la sanción de Hamilton y con ello mi primer podio. Fue un día que recordaré sobre todo porque sé que fue un día en el que me salió todo. Hubo que esperar. Yo cuando vi el accidente de Hamilton no las tenía todas conmigo, no voy a engañaros. Mi subconsciente quería no creérselo por si no llegaba la sanción y así no llevarme el batacazo. Mi cabeza me decía que iba a pasar, me olía la sanción y al final acabó llegando. Significó un alivio y una alegría tremenda. Luego hubo otra hora y media de espera por culpa del maldito DRS, pero al mismo tiempo fue un momento muy especial".