La escudería Haas se había decantado por el campeón de Fórmula 2, Mick Schumacher, para que fuera uno de sus pilotos titulares de cara a la próxima temporada. Después de tantos años, el histórico apellido regresa a la Fórmula 1 gracias al hijo del Káiser. Con este importante salto a la máxima categoría, ahora estará respaldado por su referencia, Sebastian Vettel. El veterano alemán había sido el pupilo de Michael al comienzo de la pasada década y la historia es distinta a partir del próximo año. El que era discípulo ahora es maestro por lo que Mick está en buenas manos.
Por otro lado, el joven alemán no siente que su apellido suponga una carga o un problema para él, sino todo lo contrario. Ese peso, que muchos pensarían que tiene, no tiene esta connotación. Lo que lleva es una motivación y el orgullo de representar lo que hizo un día su padre en Fórmula 1.
Vettel será el maestro de Mick
"Me alegré cuando consiguió el asiento en Haas, un ascenso merecido después de su título de Fórmula 2. Obviamente, él sabe que no será un año sencillo ya que no pilotará en el mejor coche de F1. Mick puede venir en cualquier momento hacia mí, estoy ahí para él, como hizo su padre conmigo una vez. Ahora puedo devolverlo. El consejo que le dije era que fuera él mismo, que confiara en sí mismo y no tuviera miedo a demostrar quién era", ha finalizado el campeón del mundo en palabras para el medio Blick.
2021 será la primera prueba de fuego para Mick ya que tiene que demostrar su potencial y si merece competir en Fórmula 1. La presión es máxima y las miradas estarán puestas sobre él desde el momento que salga a pista en Australia. Él mismo no considera que los éxitos de su padre supongan una carga, sino todo lo contrario, por lo que está motivado para este nuevo reto. "Nunca ha sido un problema cuando la gente nos compara, este hecho es un honor y una motivación para mí. No vivo con que esto fuera una carga", declaraba el joven alemán en el medio italiano, Corriere Della Sport.