Aunque no estamos en agosto, la F1 se daba cita en uno de los circuitos más emblemáticos del calendario: Spa-Francorchamps, en Bélgica. El fin de semana había sido caótico con condiciones adversas, e incluso con sesiones retrasadas por la lluvia, pero la carrera siguió la tónica de las anteriores: Max Verstappen sumaba una victoria más, la 8ª consecutiva. Completaron la foto del podio Checo Pérez y Charles Leclerc que era el único Ferrari que sobrevivió en Spa.
Primera mitad de la carrera
Antes de empezar las vacaciones de verano, había que correr, y los cinco semáforos se apagaban para dar inicio a la última carrera de esta mitad de temporada que empezó allá por marzo en Baréin. Leclerc defendía la pole y Checo salía a su lado. Justo por destrás ocurría el desastre. Hamilton salía P3 con Sainz y Piastri detrás. Al llegar a la curva 1, los tres pilotos llegaban en paralelo y para evitar a Hamilton que se cerraba, Sainz se iba contra Piastri que pinchaba y destrozaba el pontón.
Una vez superada las primeras curvas, Checo aprovechaba la velocidad de su Red Bull para levantarle el liderato a Leclerc. También Verstappen escalaba hasta la 4º posición y Fernando se ponía 5º al adelantar a un Carlos que cada metro que pasaba perdía posición. Tampoco mejoraba la situación de Piastri que se quedaba parado en pista por los daños en el monoplaza.
Es a partir de este momento en el que hombre toma el protagonismo: Max Verstappen. En tan solo 11 vueltas ya estaba 2º por detrás de su compañero tras adelantar sin dificultades primero a Hamilton y luego a Leclerc. En la vuelta 16, Checo paraba y luego Verstappen que salía muy cerca de su compañero y en la recta de Kemmel, con el DRS le quitaba las pegatinas. De aquí al final viviríamos la monotonía habitual en la que el holandés aumenta la distancia con su perseguidor, en este caso, Checo. Perfecto una vez más para conciliar el sueño.
Por detrás, y por destacar algo, son las pequeñas luchas entre Alonso o Hulkemberg o las batallas a tres entre Stroll, Russell y Gasly con un neumático gastado esperando una lluvia que no cambiaría nada.
Segunda mitad de carrera
Con la amenaza de lluvia, Russell y Stroll montaban neumáticos blandos con la esperanza de que no lloviera más. Y así fue. Solo fueron cuatro gotas que no alteraron el devenir de la carrera. Ahí, Max Verstappen fue cuando sufrió el único susto de todo el día. Tuvo que realizar una salvada en plena subida de Eau Rouge y se fue un poco por fuera para seguir con su camino, pero ni con esas.
Por detrás empezaban las segundas paradas, pero para algunos se acababa la carrera. Carlos finalmente fue capaz de completar 24 vueltas (demasiadas), pero el coche dijo basta. Hamilton paraba y salía detrás de Fernando al que superaba y que pararía en la vuelta siguiente para defenderse de un Russell que venía fuerte con solo una parada. Finalmente, el asturiano fue capaz de defenderse y alzarse con esa P5 que sabía a gloria tras un fin de semana lleno de altibajos.
Y como último coletazo de este GP, Lewis Hamilton se llevaba la vuelta rápida, mientras Verstappen ganaba aburrido y con una distancia cómoda. Pérez cruzaba la línea de meta 2º y Leclerc volvía a subirse al podio en esta temporada oscura de Ferrari.