El Gran Premio de Azerbaiyán podía haber sido donde Valtteri Bottas ganara su primera carrera en 2018 cuando iba líder a falta de pocas vueltas para el final. Sin embargo, por un pinchazo inesperado en su neumático trasero no pudo materializar esa primera posición en un triunfo merecido. Con este hecho, el finlandés tenía que aparcar su W09 y acababa retirándose. Valtteri estaba ilusionado porque tenía en su mano una victoria que le podía haber motivado para el resto de la temporada, pero no fue así al final.
Decepción a falta de pocas vueltas
"Recuerdo antes de ese momento que tenía confianza plena y sentía que todo estaba bajo control. Sabía que necesitaba un poco de suerte para ganar la carrera pero había unos restos [de fibra de carbono] en medio de la recta principal que no vi, tuve un pinchazo y la carrera se acabó ahí a 3 vueltas del final. Fue un momento súper cruel".
"Estuve cerca de ganar carreras atrás, terminé segundo en varias ocasiones y estaba realmente ilusionado de ganar mi primera carrera del año pero nunca sucedió. Después de eso, pude ver la decepción en todo el equipo y recibí el apoyo por parte de todos. Cuando regresé al hotel estaba completamente destrozado y estuve llorando como un bebé. Pero cuando me despierté, pensé que esto no me podía hundir".