El piloto neerlandés de Red Bull, Max Verstappen, cuenta cómo aprendió algunas destrezas de su padre cuando era pequeño y aprendía sobre el kart. Al parecer las lecciones que el ex piloto brindó a su hijo durante la infancia han calado en el de Red Bull y sigue trabajando a día de hoy de esa misma forma. Max presume de no necesitar el ordenador para examinar los datos que genera su monoplaza, puede saber si hubo algún cambio siguiendo simplemente su intuición.
Los métodos aprendidos durante la infancia
"Es lo que ya practicas en karting. Por supuesto, no tenías alas, pero puedes simular diferentes tipos de cosas, ¿verdad? Eso es lo que mi padre me enseñó, a veces me hacía salir a pista, después cambiaba algo en el kart, pero no me decía qué, y luego tenía que sentir lo que estaba haciendo. Y así es como comprendemos bien las piezas nuevas que se incorporan al coche. Pero también me dijo: 'si no sientes nada, no digas nada, no mientas'. Para ser honesto, si se colocaran un nuevo alerón delantero, no necesito mirar los datos para confirmar. Salgo, subvirando, sobrevirando, haga lo que haga, más agarre en la mitad de las curvas, o lo que sea, entonces los datos son solo para que ellos los vean para confirmar lo que dije. No necesito abrir mi ordenador portátil para decir: 'oh no, en realidad hizo eso'. Eso estaría mal. No es necesario mirar los datos para realizar cambios en el coche. Vas y hablas con el ingeniero, al menos ahora tengo eso con mi ingeniero, no necesita mirar cada curva. Funciona. No necesito abrir mi ordenador portátil durante el fin de semana".
La visión de un padre que quería ver a su hijo triunfar
"Eso es lo bueno porque así es como funciona la Fórmula 1, eso es porque estás en el límite. Sientes que tienes experiencia". Jos Verstappen contó también alguna anécdota de los tiempos del karting junto a su hijo. "Recuerdo que probablemente tenía 8 ó 9 años. Fuimos a la pista de Go-Kart y en invierno hacía mucho frío. Así que dejé que la furgoneta funcionara para que se calentara. Dimos diez vueltas, dijo que hacía mucho frío. Dije: 'Ve, calentamiento'. Luego, tres minutos más tarde, dije: '¿Dónde está ahora?' Pero aún tenía frío. Dije: 'No me importa, conduce'. No podía mover los dedos, pero no me importaba porque quería probar cosas porque estaba construyendo motores y chasis. Quería tener un resultado, quería seguir adelante. Bueno, con esa cantidad de dedicación, Verstappen estaba destinado a convertirse en el piloto que ahora tiene".